El mundo se ha sensibilizado hacia el cuidado del planeta, vemos como adolescentes y jóvenes se comprometen a través de distintas iniciativas con la sostenibilidad. También la empresa está en esa senda y quiero pensar que todos, desde nuestras compañías estamos trabajando para mejorar nuestros procesos, ya sean industriales, de producción o de servicios. En […]
Dirigentes Digital
| 25 feb 2021
El mundo se ha sensibilizado hacia el cuidado del planeta, vemos como adolescentes y jóvenes se comprometen a través de distintas iniciativas con la sostenibilidad. También la empresa está en esa senda y quiero pensar que todos, desde nuestras compañías estamos trabajando para mejorar nuestros procesos, ya sean industriales, de producción o de servicios.
En los últimos años, la dependencia mundial del plástico y la contaminación por este material se han convertido en una seria preocupación entre ecologistas, consumidores, legisladores, marcas y fabricantes. Además, la prohibición de plásticos de un solo uso en Europa entra en vigor este año 2021.
Analizando el panorama, a mi juicio, la solución pasa por el compromiso de todos, gobierno, organizaciones, industria, empresas de bienes de consumo, fabricantes y también el consumidor, con quien contamos para que los residuos se depositen en el contenedor correcto y el que debe concienciarse de su importancia para que la Economía Circular funcione.
Y es que, en último término, el proceso para mantener el planeta libre de residuos es un círculo, llamado Economía Circular, en el que reducir, reutilizar y reciclar son claves.
Si hacemos un poco de historia, vemos como desde 1950 aproximadamente, la producción de plásticos revolucionó la industria alimentaria y dio respuesta directa a los problemas de deforestación resultantes del uso excesivo del cartón y el papel. Los envases de plástico mantienen los alimentos higiénicos, frescos y seguros, y ofrecen una comodidad de la que dependen las redes de distribución y los supermercados. Sin ellos, no hubiéramos podido suministrar alimentos de una manera tan rentable, ni tan lejos, ni a tanta gente. La grave crisis sanitaria, por otro lado, también ha puesto de relieve la importancia del plástico en nuestras vidas. Ha permitido la innovación médica y tecnológica, la creación de sistemas de protección para los sanitarios y para el resto de la población. Sin duda, el plástico es un elemento que mejora el día a día de las sociedades.
Pero es cierto que el consumo y producción irresponsables pueden ser un gran riesgo. Por eso, la solución pasa por el desarrollo de la Economía Circular. La respuesta está en aprender a consumir de manera responsable, producir de manera responsable y enseñar a la población a reciclar. Tenemos que dejar de ver al plástico como un residuo y empezar a verlo como recurso. Reducir la cantidad de plástico virgen, reutilizar tanto material como sea posible tanto en el proceso de producción como en los hogares, y mejorar las prácticas de reciclaje de los consumidores es el camino
Como he dicho más arriba, necesitamos trabajar en colaboración todos, gobiernos, ciudadanos e industria para reducir el plástico de un solo uso y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030. Animo desde aquí a aprender a consumir responsablemente este tipo de materiales y promover la investigación para encontrar las soluciones que más beneficien a nuestro planeta.