En 2021, el mercado mundial de la nube híbrida se valoró en 85 000 millones de dólares y se espera que alcance los 262 000 millones de dólares en 2027. Si bien durante este período, se espera que la región de Asia Pacífico crezca al ritmo más alto en todo el mundo estamos asistiendo a […]
Dirigentes Digital
| 21 abr 2023
En 2021, el mercado mundial de la nube híbrida se valoró en 85 000 millones de dólares y se espera que alcance los 262 000 millones de dólares en 2027. Si bien durante este período, se espera que la región de Asia Pacífico crezca al ritmo más alto en todo el mundo estamos asistiendo a una adopción de la nube híbrida.
Pero ¿por qué estamos asistiendo a esta tendencia de repensar el cloud hacía la nube híbrida en casi el 80% de las empresas?. La respuesta está en la forma de afrontar proyectos cloud hoy, muy distinta que hace un par de años cuando muchas empresas, en su mayoría motivadas por la pandemia contrataron servicios de nube pública para garantizar el trabajo en remoto. Las empresas hoy analizan las distintas cargas de trabajo específicas y eligen servicios en la nube apropiados a esas cargas específicas. Al evaluar cada carga de trabajo a través de un conjunto de métricas, incluido el coste, la protección de datos, la seguridad, el cumplimiento normativo, etc., las empresas pueden determinar la estrategia cloud más adecuada. Las cargas de trabajo constantes funcionan mejor en nubes privadas, pero si estamos ante cargas de trabajo con muchos picos, se está ejecutando por ejemplo un proyecto o procesando datos durante un periodo determinado de tiempo, la nube pública es más adecuada.
Un entorno híbrido combina el uso de una nube pública y una nube privada, lo que permite a las empresas aprovechar los beneficios de ambas plataformas. Las ventajas y aspectos fundamentales que obtienen las empresas que adoptan este modelo son:
Escalabilidad: Incluir la nube pública de manera integrada en la infraestructura de los servicios de las empresas les ofrece una capacidad de desborde de recursos prácticamente ilimitados, permitiendo por ejemplo poder atender elevadas cargas de trabajo puntuales relacionadas con campañas o picos de producción.
Flexibilidad: Este modelo ofrece a las empresas la posibilidad de mover sus cargas de trabajo y procesos entre sus infraestructuras locales y en la nube, de la forma que mejor se adapte a sus necesidades en cada momento, por motivos tecnológicos, de negocio o de localización.
Seguridad y Compliance: Este modelo híbrido facilita a las organizaciones el cumplimiento normativo en materia de seguridad y protección de los datos, ya que permite disponer de las herramientas necesarias para la definición y gestión de los procesos requeridos por cada una de las áreas de la compañía. Además, permite controlar en todo momento tanto la ubicación de los datos de forma local o en la nube de centros de datos que cumplen con los requisitos más estrictos en materia de seguridad.
Continuidad de negocio: En escenarios de recuperación ante desastres es imprescindible disponer de al menos una segunda ubicación donde poder recuperar de una forma ágil nuestros servicios, con el menor impacto posible en tiempo y disponibilidad, donde la nube cobra un papel fundamental.
La nube híbrida aporta múltiples beneficios, sin embargo, también presenta algunos retos que deben abordarse para su implementación y adopción. Entre ellos destaca la falta de profesionales adecuados para mantener una infraestructura híbrida, diseñar una gestión de localización de la información que asegure en todo momento el gobierno del dato y finalmente la elección de la nube, es importante seleccionar la más adecuada y para ello es fundamental contar con el apoyo de un socio tecnológico que disponga de la experiencia y capacidades necesarias.