Las primeras señales llegan en un momento de calma. Para algunos son unas pequeñas molestias en la garganta, para otros un ligero dolor de cabeza. Para muchos, ningún síntoma de los anteriores, sino un mensaje de móvil de un conocido que alerta de que ha dado positivo en covid-19. De ahí, a la farmacia a […]
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| 04 feb 2022
Las primeras señales llegan en un momento de calma. Para algunos son unas pequeñas molestias en la garganta, para otros un ligero dolor de cabeza. Para muchos, ningún síntoma de los anteriores, sino un mensaje de móvil de un conocido que alerta de que ha dado positivo en covid-19. De ahí, a la farmacia a por un test rápido.
La marca roja confirma la sospecha: la prueba indica positivo en covid-19, así que urge acudir a un centro sanitario a confirmar el diagnóstico. Ese es el caso de alrededor de más de cien mil españoles al día desde que la variante ómicron fue identificada en Sudáfrica a finales de noviembre.
Los datos del Ministerio de Sanidad confirman la desenfrenada expansión del virus. Una de las tablas del Ministerio es elocuente: 900.000 contagios desde el 4 hasta el 10 de enero. Casi 130.000 al día. Por mucho que la vacunación ayude a que la enfermedad sea más benigna, el choque económico se hace notar.
Según los datos del Ministerio de Seguridad Social, la vacunación y la relajación de las cuarentenas ya está incidiendo en este impacto de las bajas. Los procesos duraron 10 días de media en diciembre, mientras que en enero la duración se extendía hasta los 19 días.
Aun así, a día 23 de diciembre, el Ministerio de Seguridad Social contabilizó 240.000 en ese mes, más del triple que todo el mes de noviembre. Sin embargo, la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo eleva la cifra hasta las 576.000 bajas.
Tan solo hay que tener en cuenta que todas esas personas se deben aislar durante siete días. Muchas pueden llevar a cabo su trabajo desde casa, pero el resto no pueden acudir a su puesto presencialmente. Sin contar con que su consumo en servicios como hospedaje o restauración decae por motivos obvios.
La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) advierte de que los ingresos de la campaña navideña representan el 30% de los ingresos anuales de la pequeña y mediana hostelería. No solo se pone en peligro esa parte de la facturación, sino que UPTA cuantifica en un 30% la caída de las reservas para cenas de empresa. Desde el punto de vista de los autónomos del sector, el miedo al contagio ha dado al traste con las expectativas de recuperación que tenía la hostelería.
A ese sector se suman el comercio electrónico, la tecnología, alimentación, distribución, logística, comercio y transporte como los segmentos más afectados por estas incapacidades laborales. En un año normal, estas actividades habrían resultado beneficiadas por la campaña de Navidad. En esta ocasión, a la pérdida de actividad hay que sumar esa parte que dejan de ganar.
Según Adecco, las empresas están reaccionando a este problema contratando nuevos empleados para cubrir las bajas temporales. En concreto, se estima que el crecimiento de los contratos es del 15% en enero a causa de la variante ómicron. De hecho, en Adecco creen que el incremento de los contratos será proporcional al de la curva de contagios.
La modalidad de teletrabajo también está incidiendo en esta dinámica. La empresa de contratación afirma que los perfiles de oficina están sufriendo una incidencia menor: “Estos perfiles pueden teletrabajar y no necesitan ser cubiertos por otros trabajadores como sí ocurre en el sector servicios o en la industria”.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que este aumento de las contrataciones se está produciendo sobre todo en medianas y grandes empresas, mientras que las pequeñas sobrellevan la situación como pueden.
En UPTA acusan a las administraciones de falta de previsión y piden que se pongan en marcha mecanismos para contener las consecuencias económicas de los contagios. Para más inri, se prevé que puedan llegar a contagiarse unos 300.000 autónomos entre enero y febrero si la ola no decae.
El problema en este caso es aún mayor, dado que sus negocios tienen que cerrar temporalmente. En UPTA comentan que “la gran mayoría” de los trabajadores por cuenta propia no se dan de baja por todos los trámites que hay que completar y por la escasa cuantía económica que se proporciona. Una de las soluciones propuestas es la de reactivar las ayudas directas que se transfirieron el año pasado desde el gobierno central a las autonomías. En total, son más de 2.000 millones que podrían ayudar a sofocar las consecuencias que está teniendo esta sexta ola.