Pagar con dinero físico es una actividad cada vez menos habitual en los países desarrollados. Su penetración queda aún lejos de países como China, donde los pagos con el móvil son más habituales que los efectuados con monedas o billetes. El crecimiento acelerado del eCommerce y la generalización de los smartphones son los dos factores […]
Dirigentes Digital
| 12 jun 2019
Pagar con dinero físico es una actividad cada vez menos habitual en los países desarrollados. Su penetración queda aún lejos de países como China, donde los pagos con el móvil son más habituales que los efectuados con monedas o billetes.
El crecimiento acelerado del eCommerce y la generalización de los smartphones son los dos factores fundamentales que han motivado el gran auge del mobile wallet. Se trata de una industria que tendrá tasas de crecimiento anual superiores al 30% de aquí hasta el 2023, según el estudio “Mobile Wallet and Payment Technologies: Global Markets” de BCC Research.
Las principales empresas que dominan el sector son Bank of America, Wells Fargo, Barclays Bank, Visa, Mastercard y la tecnológica Google que ha apostado fuerte por este mercado, como también Apple o Amazon. Hablamos de empresas que han sabido anticiparse al futuro y han comprendido que el negocio pasa por los dispositivos móviles.
En el ámbito de comercio móvil, con un valor de casi 17.000 en 2018, se pronostican tasas de crecimiento del 34,2% hasta 2023. En cuanto a Apps, las compras móviles lideran la clasificación con un valor en el curso pasado de 7.500 millones de dólares, seguidos del pago de facturas.
Por áreas geográficas, en efecto, Asia-Pacífico lleva la delantera al resto de regiones del planeta; 16.100 millones de dólares en 2018. Le sigue EMEA, Europa, Oriente Próximo y África con 9.800 millones de dólares. Norteamérica alcanza los 8.500 millones en el año anterior.
En cualquier caso hay factores que están dificultando la por otra parte inevitable expansión. El más destacado es el hábito de los consumidores. A los seres humanos les cuesta abandonar sus rutinas y el pago en efectivo es una de las más tradicionales en la historia de la humanidad. Aparte hay otra serie de dilemas, como el control que ejercen sobre los individuos que todo su capital en manos de terceros, con el cercenamiento de las libertades que ello supone. Pero la dinámica es imparable.