El camino hacia la recuperación puede estar en las smart cities

El futuro está cada vez más presente, es cada vez más palpable. La pandemia es la responsable de esto, ya que ha actuado como catalizador de muchas tendencias que seguían su curso a una velocidad menor. En el mañana, la existencia de smart cities se vuelve más necesaria para afrontar los desafíos que surgen con el aumento de la población en las ciudades y la transformación digital. 

“Hoy más que nunca, las ciudades necesitan desarrollar un proceso de planificación estratégica, ya que solo así podrán plantearse vías de innovación y priorizar los aspectos más importantes para su futuro”, así lo refleja el último índice Cities in Motion 2020, elaborado por IESE. En el informe destacan que hay que huir de la visión cortoplacista y ampliar el campo de visión, apelar con mayor frecuencia a la innovación para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de los servicios de las ciudades, así como fomentar la comunicación y promover que ciudadanos y empresas se impliquen en los proyectos. 

Londres, Nueva York y París son las tres capitales mundiales que lideran el ranking de las ciudades más inteligentes y sostenibles, según el índice IESE. Madrid y Barcelona ocupan los puestos 25 y 26, respectivamente, de las 174 ciudades analizadas.

Todo lo anterior en el contexto actual de la COVID-19 adquiere más relevancia. Recalcan desde el IESE que ahora “se puede ver cuán preparadas están realmente las ciudades para hacer frente a una crisis que hace tambalear su estabilidad en muchas de sus dimensiones” y reiteran que es el momento de ejercer una gobernanza inteligente que considere todos los factores y actores sociales.

¿Qué aportan las ciudades inteligentes a la lucha contra la pandemia?

El coronavirus ha planteado diversos retos y ha cambiado todos los paradigmas. Estar preparados ante una situación considerada como improbable era complejo. “El problema que ha surgido es de una índole múltiple: sanitaria, social, logística, organizativa, informativa y legislativa”, comenta en una entrevista a este medio el director general de Smart City Cluster, Daniel González. Añade que “nadie podía considerarse preparado, pero sí ha sido fundamental la capacidad de reaccionar“. De hecho, “junto con la capacidad de liderazgo de los gestores públicos, la capacidad de reaccionar nos la pueden dar las ciudades inteligentes“. Por lo que considera como “inmensa” la diferencia que se da cuando se hace uso en ellas de herramientas de información, conocimiento, organización, planificación, ejecución, estimación o evaluación de escenarios.

No obstante, en las smart cities, no todo es tecnología, comenta González. “En el clúster decimos que el objetivo de las ciudades inteligentes es incrementar la calidad de vida del ciudadano y que la tecnología es un medio para conseguirlo, si bien hay otros procesos complementarios a la tecnología que también son muy necesarios”. Por lo que cuando hablan de tecnología, cuentan con diversas soluciones que van desde aquellas enfocadas a la generación de energías renovables o sistemas de información que permiten optimizar planos de la operación urbana hasta la propia red de comunicaciones. 

El coronavirus ha acelerado muchos procesos, en el caso de las smart cities, el director general de Smart City Cluster, indica que han visto cómo una parte de la industria ha pivotado con rapidez hacia soluciones que dan respuesta a demandas inmediatas, “pero el desarrollo inteligente sigue su curso, puesto que supone una transformación tan profunda como necesaria y esto es algo que toma su tiempo si se quiere hacer bien”. Finalmente, si se pone la vista sobre cómo cambiarán las necesidades de la ciudad en el futuro, estas tenderán a “aprender aquellas cosas que las hagan más atractivas y esto va a depender mucho del uso que los regidores hagan de las prácticas de ciudad inteligente que ya tienen a su disposición y que van a continuar evolucionando a corto, medio y largo plazo”, concluye González.