El impulso digital impuesto como consecuencia de la pandemia ha sacudido el escenario de muchas empresas. En los últimos meses, la industria 4.0 ha pegado un fuerte acelerón y poco a poco va colándose en todos los sectores de la economía y de la sociedad. Sin embargo, en el contexto actual, no todas las compañías […]
Dirigentes Digital
| 25 feb 2021
El impulso digital impuesto como consecuencia de la pandemia ha sacudido el escenario de muchas empresas. En los últimos meses, la industria 4.0 ha pegado un fuerte acelerón y poco a poco va colándose en todos los sectores de la economía y de la sociedad. Sin embargo, en el contexto actual, no todas las compañías y trabajadores cuentan con la misma preparación para hacer frente a los continuos cambios. Por esto, la brecha relacionada con este tipo de competencias todavía es una realidad en algunos sectores de población, a los que se debe prestar atención para evitar que se queden rezagados pudiendo perder oportunidades en su desarrollo profesional.
“El 75% de los fabricantes entiende que la prestación de servicios representará una proporción significativamente mayor de su negocio en los próximos años”, según informa Microsoft. Estos datos implicarán entrar de lleno en la industria 4.0, cuyas características se pueden resumir en tres conceptos: innovación de productos y servicios, digitalización de la cadena de valor y creación de nuevos modelos de negocio. En este sentido, hablar sobre esta cuarta revolución industrial es hablar de un concepto que impulsa formas de producción digital, mezclando vanguardias técnicas con sistemas inteligentes que se integran con las organizaciones y las personas.
Con la superación del modelo tradicional, esta industria 4.0 pone a disposición de los usuarios una amplia variedad de soluciones, con el fin de mejorar la experiencia de cliente y responder mejor a las necesidades de los usuarios. Entre sus principales tendencias se suelen encontrar la Inteligencia Artificial (IA) y robótica, Internet de las cosas (IoT), realidad mixta, realidad aumentada y virtual, data intelligence, blockchain y computación en la nube. Su elemento en común reside en la generación de oportunidades en el nuevo entorno de industria inteligente, un dato que los empresarios deben de tener en cuenta si Microsoft acierta en su presagio de que, para finales de este año, el 94% de las empresas utilizarán IoT.
Estos avances, sin embargo, no son recibidos de igual manera por todos los profesionales, a pesar de que en los próximos años la tecnología transformará gran cantidad de tareas y puestos de trabajo. Antes de la pandemia, el aprendizaje de nuevas habilidades tecnológicas no era una prioridad para muchos. Según el informe sobre Transformación Digital, Robotización y el Desarrollo de Nuevas Tecnologías, elaborado por InfoJobs, antes de la llagada de la COVID-19, el 71% de la población activa consideraba que este progreso no pondría en peligro su empleo actual. Y, además, en aquel momento la mitad de los trabajadores también reconocía no estar formándose en competencias relacionadas con estas habilidades.
Para el director general de la compañía, Román Campa, “estos resultados dejan entrever que la llegada del coronavirus ha obligado a los españoles y a las empresas a hacer frente a la transformación digital sin estar realmente preparados”. Entendiendo este progreso como un reto y una oportunidad para el futuro del empleo, el directivo también señala la importancia de que el Gobierno destine fondos y ejecute los programas necesarios para contribuir a la educación y formación de los jóvenes y a la capacitación de los profesionales”.
En este punto, la transformación digital supone un reto importante para los desempleados que no cuentan con una formación específica. Los resultados del informe de InfoJobs arrojan diferencias significativas por nivel de ocupación. El 26% de los trabajadores activos considera que la nueva realidad puede hacer peligrar su puesto, mientras que entre los desempleados, la cifra asciende hasta el 41%. Tal y como detallan desde la compañía, esto es así debido a que la formación en habilidades digitales y nuevas tecnologías suele ser más costosa para este colectivo que debe recurrir a sus propios recursos para llevarlo a cabo.
En relación al efecto causado por esta revolución en el empleo, los directivos son los que más lo perciben en su puesto de trabajo (28%). A estos le siguen los mandos intermedios (25,5%) y después el resto de empleados (22%). Por su parte, desde InfoJobs también destacan los tres perfiles profesionales que más peligran. El personal de administración, con un 21%, es el que más podría sufrir la llegada de la digitalización y la robotización; en segunda posición, aparecen los profesionales cualificados con un 17%, mientras que los dependientes y vendedores acumulan el 8%. Por último, el estudio también detalla que, en el medio y largo plazo, más allá de estas aptitudes, las empresas valorarán principalmente las capacidades blandas de sus empleados. Así, dentro de las conocidas como soft skills, el pensamiento crítico, la inteligencia emocional y la capacidad de adaptación al cambio serán algunas de las habilidades más importantes en los roles del futuro.