Ya a finales de 2020 y con un pie metido en el próximo año, tenemos que poner el foco en un gran cambio que van a tener los ahorradores en España. Los recientes Presupuestos Generales de Estado (PGE) de 2021 han traído consigo cambios en la fiscalidad de diversas empresas y vehículos de ahorro. Así, […]
Ya a finales de 2020 y con un pie metido en el próximo año, tenemos que poner el foco en un gran cambio que van a tener los ahorradores en España. Los recientes Presupuestos Generales de Estado (PGE) de 2021 han traído consigo cambios en la fiscalidad de diversas empresas y vehículos de ahorro.
Así, con los nuevos presupuestos, la cantidad que los ahorradores pueden insertar en un Plan de Pensiones Individuales para que siga teniendo esas “ventajas” fiscales y sea deducible del IRPF, ha pasado de los 8.000 a los 2.000 euros anuales, algo que sin duda va a marcar mucho a los implicados. “Incorpora dos modificaciones: una positiva, pero de desarrollo lento como es la promoción pública de los Fondos de Pensiones de Empleo, y otra negativa de efecto inmediato que reduce drásticamente (en un 75%) el límite de aportación anual a Planes individuales (de 8.000 a 2.000 euros), y también reduce las aportaciones a cónyuges (desde 2.500 a 1.000 euros)”, aclaran desde INVERCO.
Ante este cambio de paradigma, se ha publicado un informe realizado por Luis Garrido y Elisa Chuliá, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED y promovido por INVERCO, en el que se analiza la opinión pública sobre esta reducción del límite en las aportaciones de Planes de Pensiones Individuales.
“Los incentivos a las aportaciones a Planes de Pensiones han sufrido diversos recortes desde 2007, pero nunca se había efectuado una reducción tan radical como la prevista en el proyecto presupuestario. Una disminución tan acusada del límite de aportación a Planes de Pensiones Individuales inhibe el desarrollo del tercer pilar del sistema de pensiones”, escriben los expertos.
“Tampoco la AIReF ofrece respaldo claro al ajuste del beneficio fiscal derivado de las aportaciones a Planes de Pensiones Individuales. Si bien esta institución ha llamado la atención sobre el mal diseño de este beneficio, no ha propuesto su contracción, sino su “reformulación completa (…), de manera coherente con las recomendaciones que se acuerden en el Pacto de Toledo sobre ahorro complementario a largo plazo”, apuntan desde el informe.
En el estudio se han analizado dos muestras de la población representativas, una de 18 años en adelante y otra de los llamados “millennials”, los comprendidos entre los 21 y los 42 años.
Un claro rechazo a la reducción de las aportaciones fiscalmente deducibles
Y cuando se les ha preguntado por esta reducción del 75% en las aportaciones fiscalmente deducibles de este vehículo de ahorro, los resultados son claros: más en contra que a favor. “Por cada entrevistado que apoya la propuesta, hay entre 1,5 y 2 entrevistados que la rechazan”, algo que todavía más notable en la generación “millennial”, pues “por cada uno que la secunda, 2,4 la desaprueban”, concluye el informe.
Además, otra de las conclusiones clave del estudio es que el ratio entre los “millennials” que apoyan o se oponen a la nueva normativa, aumenta cuando se calcula para quienes afirman ahorrar para su vez o jubilación o los que no.
En el caso de este grupo más precavido, “por cada entrevistado que apoya la propuesta de reducir los incentivos fiscales a las aportaciones de los planes de pensiones, hay 4,1 que la rechazan”, muestran los resultados.
Por otro lado, para los “millennials” que no ahorraban para la jubilación, la relación entre simpatizantes y detractores es menor, de 2,2, pero siguen siendo predominantes los que no la aprueban.