El catedrático José María Marín Quemada cree profundamente en la competencia leal y está en contra de cualquier forma de nepotismo. Por ello el exconsejero del Banco de España que según los estatus tiene que dejar después de seis años este septiembre su posición de presidente de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), se va con satisfacción, pero quizás también con un poco de disgusto. La economía española según el último ranking de la Fundación Heritage es todavía menos liberal que la de Alemania o Holanda, aunque él ha luchado contra las estructuras cada vez más poderosas de las multinacionales. Pero en algunas cosas no puede influir, por ejemplo, en el tiempo que tarda la administración pública en España para tomar decisiones y pronunciar sentencias. Pero según el ranking mencionado el país está ya mejor posicionado en materia de libre economía como Francia o Portugal.
El economista alemán Jürgen B. Donges cree que la CNMC ha hecho en los últimos seis años “un buen trabajo, y por ello no tiene que temer la comparación con el “Bundeskartellamt” en Alemania. Las empresas no son grandes amigos de la libre competencia, pero pronto o tarde se desmantelan sus carteles para el bien de todos”. Este año España tenía la gran oportunidad de ponerse a la vanguardia en temas de libre mercado, porque la CNMC activó por primera vez el procedimiento para la prohibición de contratos públicos para las 15 empresas sancionadas al principio del año por haberse repartido durante 14 años de manera ilícita los concursos públicos convocados por ADIF relacionados con sistemas de electrificación y electromecánica. Entre las empresas implicadas estaban Alstom y Siemens. Desde meses la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado y el Ministerio de Hacienda deberían haber decidido si esta activación se aprueba. Como todavía no se han pronunciado Adif sigue contratándolas.
¿Son carteles rentables porque la administración duerme?
“La resolución sobre los cárteles de electrificación y electromecánicas ferroviarias no es una sentencia judicial”, dice el administrador de la red ferroviaria Adif a Dirigentes para justificar su comportamiento. Además, Alstom que se ha chivado del cartel se ha liberado de pagar la multa conjunta de 118 millones de euros y Siemens como segunda empresa que denuncio del cartel, ha pagado solamente la mitad de su multa. Algunas de las otras empresas que no han reconocido su culpa han recurrido la decisión de la CNMC. Así después de esta gran noticia que ha tenido impacto hasta en Alemania sigue todo como si no había pasado nada. Además, muchos de los directivos sancionados ya no están en las empresas sancionadas. Parece muy injusto, pero es así como lo prevé la ley en muchos países lo que ciertamente está muy criticada por defensores de la competencia leal.
Pero con la activación del procedimiento para impedir a empresas desleales de seguir presentándose a concursos públicos, Marín Quemada podría escribir historia. Será la primera vez en la UE que se aplicaría. Para el hombre de 71 años que gestiona la CNMC desde 2013 será bonito si se produjera este cambio antes de su salida. Bajo su mandato se han emitido multas a petroleras, a fabricantes de coches, a Telefónica y se ha puesto el punto de mira en sectores considerados intocables como el de las televisiones o la banca. “Él es un excelente profesional con las ideas claras. Es una lástima que tenga que dejarlo”, dice Francisco Segrelles Cucala, presidente del Grupo de Responsables de Formación de Entidades Financieras y Aseguradoras a Dirigentes.
La libre competencia siempre crea enemigos
Sin embargo, el catedrático de economía Gustavo Matías opina que queda mucho por hacer en España en materia de competencia: “Sobre todo ante los abusos de mercado de las grandes digitales, donde las tendencias oligopolistas son actualmente más manifiestas. La prueba es que en casi todos estos sectores los consumidores españoles siguen siendo peor tratados que en otros países y sus millones de quejas y reclamaciones sirven para muy poco”. Cuando en 2013 el Parlamento decidió unificar los organismos reguladores y la autoridad de competencia en la CNMC con el fin de garantizar la seguridad jurídica y la confianza institucional, evitando duplicidades innecesarias en el control de cada operador y decisiones contradictorias en la misma materia, había muchas voces críticas.
“Pero Marín Quemada ha sabido desenvolver extraordinariamente bien en un organismo como la CNMC, sometido a tanta presión tanto de los gobiernos, como de los partidos, los medios de comunicación y de las empresas”, dice el catedrático de Economía Aplicada Javier Morillas de la universidad San Pablo CEU que cree que entre las temas pendientes para el sucesor a Marín Quemada queda por solucionar la poca competencia en el sector eléctrico y energético en general dónde todavía están investigando en los tribunales infracciones que se han cometido ya hace décadas: “En una economía que ha estado tan intervenida como la nuestra el trabajo que queda es relevante para que los mercados ganen en dinamismo y la colaboración público-privada se extienda y su resultante sea mayor en términos de eficiencia, equidad y bienestar ciudadano”. Claro es también el sucesor de Marín Quemada solamente puede trabajar bien si toda la administración colabora con él o con ella.
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