La inestabilidad que ha protagonizado el comportamiento de los mercados financieros durante 2018, ha generado importantes correcciones en todos los índices, tanto de renta variable como de renta fija, que se han trasladado a las valoraciones de las carteras de los Planes de Pensiones, cerrando el año con ajustes en casi odas sus categorías.

Sin embargo en el largo plazo, continúan registrando una rentabilidad media anual (neta de gastos y comisiones) del 3,66% y, en el medio plazo (5 y 10 años), presentan una rentabilidad del 1,44% y del 2,85%, respectivamente.

Así las cosas, llama poderosamente la atención que, con un horizonte temporal amplio, los planes de pensiones que proporcionan rentabilidades más elevadas son los de renta variable mixta. De hecho, a 26 años vista ofrecen, a día de hoy, un retorno anualizado del 4,55%, según los datos proporcionados por Inverco.

Le seguirían los planes de pensiones de renta fija mixta, con una rentabilidad del 3,63% y, acto seguido, los planes de pensiones de renta fija de largo plazo, que generan rendimientos en el mismo lapso temporal del 3,58%.

Con todo, en términos anuales los datos no sonríen tanto. Y es que el conjunto de categorías registraron unas rentabilidades negativas del 4,49%, con un descenso llamativo del 10,10% de los fondos de renta variable.

El volumen estimado de aportaciones y prestaciones en diciembre serían: aportaciones brutas de 1.182,3 millones de euros y prestaciones brutas de 563,3 millones de euros, con lo que el volumen de aportaciones netas del mes alcanzaría los 619 millones de euros. En el acumulado del año, las aportaciones brutas serían 3.581 millones de euros y las prestaciones 2.997 millones de euros, con lo que el volumen de aportaciones netas de 2018 alcanzaría los 584 millones de euros.

En la elaboración de esta estadística se incluye una muestra de 1.079 Planes de Pensiones del Sistema Individual, que representa en torno al 99% de su patrimonio, es decir, 72.237 millones de euros y 7,57 millones de cuentas de partícipes.