La jubilación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los contribuyentes españoles, ante las noticias que apuntan a una reducción paulatina de la pensión pública, a la que tendrán acceso los trabajadores actuales, cuando les llegue el momento de su retiro laboral. EFPA España analiza en un documento cuáles son las razones […]
La jubilación se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los contribuyentes españoles, ante las noticias que apuntan a una reducción paulatina de la pensión pública, a la que tendrán acceso los trabajadores actuales, cuando les llegue el momento de su retiro laboral. EFPA España analiza en un documento cuáles son las razones que invitan a ahorrar con una planificación a largo plazo para completar la jubilación pública y, de este modo, mantener el poder adquisitivo de la vida laboral y disfrutar de la máxima tranquilidad en el retiro, desde el punto de vista financiero.
Actualmente, existen serias dudas sobre la cuantía de la pensión pública a la que tendremos acceso en el futuro por los cambios demográficos y laborales que está experimentando nuestro país en los últimos años, la caída de la natalidad, la entrada más tardía al mercado laboral y el hecho de que cada vez vivimos más años. La pensión pública seguirá existiendo, pero será más reducida y, por ende, requerirá de un complemento de ahorro privado que nos permita mantener el poder adquisitivo, una vez nos hayamos retirado.
A la hora de trazar un plan de ahorro, debemos valorar la amplísima gama de activos y productos financieros que existen en el mercado, las innumerables alternativas con las que contamos, y ligarlo siempre a nuestros propios objetivos vitales y financieros, y a nuestro perfil de riesgo y horizonte temporal. Siempre que planteemos una estrategia de ahorro, debemos hacerlo pensando en el largo plazo, valorando todas las alternativas para acumular un capital que nos permita complementar la pensión pública, una vez llegado el momento. Además de los planes de pensiones, el vehículo creado específicamente para este fin, también existen otros productos como los planes de previsión asegurados (PPA), los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) o los seguros de vida ahorro, aunque cabe tener en cuenta que estos vehículos cuentan con una elevada exposición a renta fija, lo que dificulta la obtención de rentabilidad en un escenario de inflación y tipos bajos. Una opción interesante son los fondos de inversión, que son vehículos diseñados para ahorrar en el largo plazo, y que cuentan con las ventajas de su enorme variedad y gestión profesional.
Los productos de ahorro e inversión cuentan con ventajas como la seguridad, la gestión profesional y una flexibilidad que permite realizar aportaciones periódicas, adaptadas a la situación personal de cada ahorrador, a partir de cantidades reducidas e ir amoldándose a la situación del ahorrador en cada momento, incluso con la opción de paralizarlas y retomarlas en el momento que decida.
Uno de los principales consejos a la hora de planificar el ahorro a la jubilación es hacerlo cuanto antes, incluso en el momento de comenzar a trabajar, pese a que la jubilación se vea con un horizonte muy lejano y los ingresos sean limitados. Una aportación periódica permitirá ir acumulando un capital y aprovechar las ventajas del interés compuesto, que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses o rendimientos, para multiplicar el ahorro acumulado. Un elemento que juega a favor de aquellos que empiecen a ahorrar desde muy jóvenes, en contraposición con las dificultades a la hora de obtener rentabilidades elevadas en el corto plazo, que se antojan imposibles sin asumir excesivos riesgos.
No debemos olvidarnos de las ventajas fiscales con las que cuentan algunos productos de ahorro e inversión a largo plazo, que en algunos casos permiten reducir la base liquidable general del IRPF, exención de rendimientos, traspasos de un producto a otro sin ninguna penalización fiscal ni de costes.
La mejor forma de lograr una correcta planificación, y más pensando en el largo plazo, pasa por un asesor financiero que nos acompañará a la hora de trazar una estrategia que nos permita obtener la máxima rentabilidad financiero-fiscal, nos asesorará en el momento que queramos cambiar nuestra cartera de inversión o a la hora de obtener la mejor prestación.
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