Aunque hace tiempo que Ana Botella anunció que no se presentará a las elecciones municipales del próximo mes de mayo, la todavía alcaldesa de Madrid no quiere irse sin dejar huella. Para ello ha decidido adelantar la rebaja fiscal que había prometido llevar a cabo a partir del año que viene.
Según ha declarado, en 2015 tendrá lugar la primera rebaja de impuestos en la Comunidad, en una década. Esta supondrá un recorte del 10% de la presión fiscal sobre familias y empresas. Las arcas públicas dejarán de ingresar 308 millones de euros como consecuencia de estas medidas, y los ciudadanos se ahorrarán una media de 62 euros anuales.
La principal medida es la eliminación de la tasa de basuras. Esta decisión, que inicialmente creía afectaría a la recogida de basuras los fines de semana, finalmente no supondrá una modificación en el servicio, y supondrá una disminución de 130 millones de ingresos al año para el Ayuntamiento.
La segunda medida es la congelación o reducción del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) En este sentido, el Ayuntamiento ha anunciado que congelará el IBI porque no ingresará ni un euro más por este impuesto, pero su impacto sobre los ciudadanos será desigual. Así, el 44% de las viviendas verán congelado el recibo, el 29% se beneficiará de una rebaja, mientras que para el 27% restante se encarecerá. Las otras cargas fiscales que se ha comprometido a reducir Ana Botella son el impuesto de vehículos y el de plusvalía.
Este último, que se abona al vender o recibir en herencia una vivienda de segunda mano, y que se ha visto afectado de igual forma que el IBI por la subida de valores catastrales aprobada en 2011, también sufrirá una rebaja. El ajuste de este impuesto, que puede suponer una rebaja del 48% para viviendas compradas hace menos de cinco años, conllevará ahorros de hasta 1.400 euros de media para los ciudadanos en el mejor de los casos
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