Hay un dicho popular que alerta de la continua repetición de la historia, así como que su desconocimiento repercute en que esta vuelva a pasar. Si esto lo combinamos con los ciclos de la economía y con que el ser humano tropieza dos veces con la misma piedra, tenemos un cóctel perfecto para entender la situación actual. La década de los veinte del siglo XXI y la década de los setenta del siglo anterior tienen ciertas similitudes que no se pueden obviar, sobre todo por las enseñanzas que se extrajeron de entonces.
El crecimiento y la inflación
Si hay un paralelismo claro, de entonces y de ahora, es el del crecimiento y la inflación. En los años 70 se produjo un periodo de estanflación, en el que la inflación era más elevada que el crecimiento. Algo que está ocurriendo en estos momentos.
En 1972 y 1973, el crecimiento del PIB en Estados Unidos fue del 5,3% y del 5,6% respectivamente. Mientras que, la tasa de inflación fue del 3,41%, del 8,41% y terminó rompiendo en 1974 con una inflación del 12,34% y un crecimiento del -0,5%.
Si lo comparamos con los datos que tenemos cincuenta años después, vemos un crecimiento del PIB americano para el 2022 del 1,9% y una inflación del 6,45%. Para este año, que todavía no ha se ha cerrado, se prevé un crecimiento del 2% y una inflación media, que hasta septiembre fue del 3,7%. Es decir, volvemos a tener un crecimiento por debajo de la inflación, aunque no con datos tan agresivos como en los años 70.
En aquel momento, controlar la inflación y moderarla costó casi una década. Actualmente, se prevé que la inflación se sitúe en el 2,7% en 2024 y en el 2,3% en 2025, datos no demasiado elevados, pero que se mantienen por encima de las previsiones de crecimiento.
El petróleo
La diferencia, aunque parezca semejante, es el petróleo. En los años 70, fue el gran detonante de la inflación debido a la guerra de Yom Kipur. En aquel momento, el crudo multiplicó su precio por diez veces, algo que equivaldría a que ahora superase los 800 dólares por barril. Además, el problema era de oferta, mientras que ahora ese problema no es tal. De hecho, la OPEP ha reducido la producción para mantener los precios.
¿Qué piensan los analistas?
“Observando la inflación y los tipos de interés se ve que los precios de las acciones empezaron a subir de nuevo justo cuando se percibía que los tipos a corto plazo y las tasas de inflación habían tocado techo. Esto es notable porque, en esos momentos, ni las cifras macroeconómicas ni los beneficios empresariales notaron el cambio de sentimiento. Más bien al contrario: las rápidas subidas de tipos sugerían una desaceleración significativa de la actividad económica, y era probable que aumentara la presión sobre los beneficios empresariales. En la recesión de 1974, los indicadores de sentimiento económico, como los índices de gestores de compras (PMI), no alcanzaron sus mínimos hasta unos 6 meses después de los primeros signos de recuperación en los mercados de renta variable. Los beneficios de las empresas también siguieron disminuyendo significativamente”, asegura Thomas Tilse, director de estrategia de cartera de clientes privados de Allianz Global Investors.
Para Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, la estanflación, aunque quizá más moderada que la de los setenta, parece el escenario central. “La estanflación es probablemente lo que mejor caracteriza el actual entorno económico. Es probable que la actividad manufacturera haya disminuido en el segundo trimestre y la caída de los pedidos indica que probablemente esto no cambie en los próximos meses. La intención de contratar por parte de las empresas ha disminuido en los últimos meses, pero de momento las no se están despidiendo trabajadores. Tampoco es probable que se produzcan despidos masivos en el futuro, ya que las empresas han aprendido de su experiencia durante la pandemia: que la escasez de mano de obra puede limitar gravemente la producción”.
2023-10-18 05:03:01