La internacionalización de las empresas españolas es un hecho incuestionable en los últimos tiempos. Las empresas que mejor han resistido la crisis han sido aquellas que de una forma decidida se han orientado a los mercados exteriores y han sido capaces de mantener una posición competitiva en los mismos. Por una parte, esto se refleja en la inversión en el exterior, en que con diversos altibajos nuevamente en 2013 ha visto una cierta recuperación, pero como se ha destacado en múltiples ocasiones, han sido las exportaciones de bienes y servicios las que mejor se han comportado en los últimos años.

Como indica el informe de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) sobre la "El Sector Exterior 2000-2013", publicado en mayo de este año, la exportación del sector servicios ha aumentado en ese periodo un 87%. Conviene destacar que todo y la impresión generalizada del buen comportamiento del sector turístico, éste ha tenido un crecimiento en ese periodo de tan sólo un 38,4% frente a un aumento del 150% de crecimiento en los servicios no turísticos.

Debe resaltarse el mérito que tiene esta orientación internacional de las empresas del sector servicios no turísticos. Se trata esencialmente de intangibles. Y si bien, efectivamente, la venta internacional de productos se realiza en un mercado altamente competitivo, tiene la ventaja, respecto de los servicios, de que son tangibles, es decir, los compradores pueden comprobar fácilmente su fiabilidad, calidad, innovación y en definitiva los atributos que finalmente los hace ser preferidos respecto de los fabricados en otros países.

En el caso de los servicios triunfar es más difícil. Se trata de vender confianza en la calidad, fiabilidad, innovación, etc. de intangibles. Y ciertamente, como ponen de relieve las estadísticas, nuestras ingenierías, estudios de arquitectura, factorías de software, auditoras y un larguísimo etcétera, han sido capaces de conseguir en los últimos años, un papel relevante en el altamente competitivo mercado internacional.

Y en este sentido, la experiencia de AUREN, es un buen ejemplo, y entendemos puede ayudar a otras organizaciones del mismo o parecido sector a emprender su propio proceso de internacionalización. En el sector de la auditoria y la asesoría fiscal y legal, la internacionalización de la economía requiere que las firmas de servicios profesionales sean capaces de prestar servicios donde sus clientes lo requieran, y por ello, que se integren o se asocien con organizaciones profesionales internacionales que faciliten la prestación de servicios a los clientes allá donde les lleven sus negocios.

En un mundo complejo y global el crecimiento y sostenibilidad de las firmas españolas pasa inevitablemente por mantener presencia y conexiones internacionales. Muchos optan por integrarse en firmas internacionales, que es una opción tan respetable como la nuestra; es lo que han hecho respecto de nosotros, los socios extranjeros que se nos han integrado. Pero también es posible seguir el camino opuesto. Los profesionales españoles tenemos el nivel y la experiencia necesarias para poder liderar proyectos de internacionalización que tengan el máximo reconocimiento a nivel mundial.

En cualquier expansión internacional, y más en el ámbito de los servicios profesionales, la definición de normas estrictas empresariales que definan las colaboraciones es absolutamente necesaria. Así, los socios implicados en un proceso de internacionalización de sus compañías deben compartir criterios, metodologías y estrategias para alcanzar el éxito. Y por supuesto deben compartir valores ya no sólo empresariales o profesionales, sino, como en nuestro caso, de proximidad y cercanía con el cliente, de innovación y calidad en todas las actuaciones, y de ética profesional y acción social, que incluyen profundo respeto y valoración de las personas, sean competidores, aliados o colaboradores. Son estas cuestiones esenciales a la hora de organizar una estructura internacional eficaz, aunque, igualmente, no son cuestiones nada fáciles de abordar.

Paralelamente, resulta evidente que el apoyo en organizaciones internacionales de prestigio y referencia dentro de cada sector es igualmente fundamental a la hora de encarar exitosamente una expansión empresarial más allá de nuestras fronteras, como así significa para todas las firmas profesionales de auditoría el ingreso en el "Foro de Firmas" de la Internacional Federation of Accountants (IFAC), en el que sólo figuran 25 miembros y en donde Auren ha sido admitida este año. También la estrategia internacional dentro del área de acción de las firmas y despachos profesionales se puede complementar con la puesta en marcha de una alianza como ANTEA, una alianza de firmas independientes que AUREN impulsó en 2008 y ya está presente en casi 60 países, figurando entre las 20 primeras posiciones en el ranking mundial de asociaciones de firmas.

Estos son algunos de los argumentos empresariales que deben tener en cuenta las compañías españolas a la hora de abrir y conquistar otros mercados, consiguiendo una inercia profesional que, más pronto que tarde, se verá traducida en sus balances de cuentas y apertura de nuevas oficinas, como igualmente, en nuestro caso, acabamos de hacer en Holanda y Colombia, de la mano de unos socios y profesionales, insistimos, que comparten un mismo modelo de negocio, criterios, metodologías y estrategias. Y, sobre todo, comparten unos mismos valores éticos y profesionales, una circunstancia imprescindible para que esa expansión internacional, no sólo sea real, sino que tenga mucho futuro por delante.

Antoni Gómez Valverde, presidente de AUREN Internacional y presidente de ANTEA.