El precio del barril de petróleo de referencia en Europa, el Brent, se encuentra ya en niveles de finales del mes de enero. Esto supone que el crudo ha regresado a niveles previos a la invasión de Ucrania y se encamine, incluso, a marcar mínimos anuales. Tras comenzar el año en los 79 dólares por […]
El precio del barril de petróleo de referencia en Europa, el Brent, se encuentra ya en niveles de finales del mes de enero. Esto supone que el crudo ha regresado a niveles previos a la invasión de Ucrania y se encamine, incluso, a marcar mínimos anuales. Tras comenzar el año en los 79 dólares por barril, la guerra disparó la cotización por encima de los 122 dólares. Sin embargo, ahora, el crudo cotiza por debajo de los 90 dólares, llegando a tocar suelo en los 86 dólares.
Los motivos detrás de este descenso en el precio se encuentran, principalmente, en dos hechos: el papel de la OPEP y la posible recesión. En cuanto a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, en los últimos meses – quitando septiembre – apostaron por aumentar la producción para controlar los precios y que no siguieran disparándose. Mientras que, la recesión sigue siendo cada vez más probable teniendo en cuenta el endurecimiento de la política monetaria en la búsqueda de controlar la inflación. Y, como bien es sabido, en un momento de contracción económica se consume menos y el petróleo es uno de los más afectados.
El famoso cártel siguió una política muy clara desde el mes de mayo, cuando apostaron por aumentar la producción mensual en algo más de 430.000 barriles al día. Esa misma cifra de aumento volvió a aprobarse en la reunión del mes de junio. Mientras que en julio y agosto se dobló la apuesta aumentando la producción en 650.000 barriles al día. Unas medidas encaminadas a controlar los precios del brent, que muchos analistas llegaron a situar en los 140-150 dólares.
Ahora, el escenario es otro. En septiembre ya apostaron por la primera rebaja en la producción, cifrada en 100.000 barriles menos por día. Sin embargo, en octubre podría aprobarse una reducción de entre 500.000 y 1 millón menos de barriles al día. Una medida que supondría regresar a los niveles de producción del mes de junio.
“Tal decisión parece difícil de justificar en lo fundamental. En efecto, la situación de la oferta en el mercado del petróleo se ha relajado últimamente, pero el almacenamiento en las partes visibles, incluidas América del Norte y Europa, sigue estando por debajo de lo normal. El trascendental desvío de la cadena de suministro de petróleo de Rusia de Europa a Asia ha causado menos pérdidas de las que se temían, la producción de petróleo de esquisto está en auge y la demanda está estancada. El mercado del petróleo no sufre un excedente. Los precios actuales del petróleo están por encima de su ancla a largo plazo, neutra desde el punto de vista del ciclo, que situamos en torno a los 65 a 75 dólares por barril”, comentan desde Julius Baer.
Sin embargo, la nota más importante es que este será el mayor recorte en la producción desde el año 2020, cuando a consecuencia de la pandemia se recortó la producción en 10 millones de barriles por día. Una medida drástica que contrastó con dos años de subidas en la producción para ir recuperando los niveles. Hasta ahora, donde el fantasma de la recesión ha vuelto a hacer que la OPEP recortó la producción para anclar los precios. “Los países petroleros parecen dispuestos a aprovechar su poder y la situación actual del mercado para apuntalar artificialmente los precios”, señalan desde el banco suizo.