El mercado lleva una semana sumergido en un mar de dudas por los rebrotes del Covid-19 que se han dado en Japón, en un mercado de Pekín y en los Estados Unidos. Además, a esto se ha sumado los malos datos macroeconómicos del gigante asiático: esto es, una producción industrial china que avanza al 4,4% […]
BolsasEl mercado lleva una semana sumergido en un mar de dudas por los rebrotes del Covid-19 que se han dado en Japón, en un mercado de Pekín y en los Estados Unidos. Además, a esto se ha sumado los malos datos macroeconómicos del gigante asiático: esto es, una producción industrial china que avanza al 4,4% en mayo frente al dato del 3,9% de abril y que se sitúa por debajo de lo que se esperaba, mientras que las ventas minoristas también han salido por debajo de lo previsto, al bajar un 2,8% interanual en el quinto mes del ejercicio.
Todo ello ha inducido a los inversores a tener cierta desconfianza cuando los principales índices bursátiles del mundo estaban mostrando una recuperación en forma de ‘V’, que para muchos expertos no estaba justificada. “Los temores de una segunda oleada de infecciones por coronavirus aumentan”, confirma el analista de eToro Adam Vettese; que destaca: “Los futuros de las acciones de EE UU también cayeron bruscamente, y el Dow Jones indicó una caída de casi el 3%, lo que sugiere que los inversores podrían tener otra semana difícil” y resalta la situación americana. “Los titulares del fin de semana estuvieron dominados por el número récord de nuevos casos y hospitalizaciones en varios Estados de EE UU”.
Para Esty Dwek, head of global market strategy en Natixis IM Solutions estas correcciones son normales. “Llevábamos tiempo diciendo que esperábamos algunas correcciones, pero que la potencial caída se había vuelto más limitada dado el consenso todavía bajista, los altos niveles de efectivo y la ampliación del rally. Por ahora, no creemos que éste sea el comienzo de un colapso como el de marzo, pero podría persistir una mayor volatilidad. Seguimos atentos a las quiebras e incumplimientos, aunque la Reserva Federal en particular está haciendo todo lo que está en su mano -y más allá- para limitar los riesgos de contagio. Después de una fuerte caída de las ganancias en el primer trimestre, las expectativas para el segundo trimestre son aún peores y podrían pesar en el sentimiento”.
En el terreno macro, el producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos cayó un 5% en el primer trimestre, y es probable que se produzca un descenso más pronunciado en el segundo. El gasto de los consumidores, que representa alrededor de dos tercios de la economía estadounidense, se redujo un 13,6% en abril, el mayor descenso de la historia. A corto plazo, se esperan nuevas malas noticias, empezando por el trágico coste humano. El nivel de desempleo, que es histórico, seguramente afectará de manera prolongada a la economía, y muchas empresas se encuentran en una situación de quiebra.
“El mercado de valores estadounidense parece haber descontado una rápida recuperación económica”, dice el economista estadounidense Jared Franz, de Capital Group. “Pero, sin embargo, espero una recuperación más gradual, en forma de U, con baches a lo largo del camino”, añade. “En los próximos seis meses, asistiremos a algunos retos, y espero que la demanda de los consumidores se mantenga estancada durante algún tiempo”, afirma la gestora de renta variable de la gestora, Claudia Huntington.