Caixabank ha logrado en el primer semestre del ejercicio un beneficio atribuido de 205 millones de euros, lo que implica una reducción del 67% con respecto al mismo periodo de 2019. Este menor beneficio tiene que ver con la provisión extraordinaria que ha llevado a cabo la entidad de 1.155 millones de euros para anticiparse a impactos futuros por los efectos económicos del coronavirus. De esta cantidad, 400 millones corresponden al primer trimestre y los otros 755 a la realizada en el segundo. 

Los ingresos core registran una reducción de apenas el -0,5% en el primer semestre hasta los 4.064 millones de euros pese al complicado contexto económico. El margen de intereses alcanza los 2.425 millones, lo que supone un descenso del 2,1% frente a hace un año por las mismas fechas, algo que desde la entidad achacan a la bajada de los ingresos de los préstamos por una disminución del tipo de interés aplicado. En cambio, destaca una evolución de las comisiones que supone una mejora del 1,5% con respecto al primer semestre de 2019, así como el incremento del volumen de negocio, que contabiliza créditos más recursos y que ha alcanzado los 643.631 millones de euros, la cifra más alta de su historia.

Por su parte, el margen bruto baja un 7,4%, ante la reducción del resultado de operaciones financieras y el resultado de participadas.

Por lo que toca a la gestión del capital, la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) alcanza el 12,3%, una vez recogidos 32 puntos básicos por el impacto extraordinario de la reducción del dividendo previsto con cargo al 2019. Mientras, la morosidad se sitúa en el 3,5%, lo que implica una caída de 6 puntos básicos en el ejercicio.

Desde la entidad destacan que desde el inicio del estado de alarma y hasta el cierre del semestre ha concedido 32.500 millones de euros al sector empresarial, al margen de las líneas ICO.