Ante unos datos de inflación desmedida, que no veíamos desde hace décadas en occidente, los principales bancos centrales, como la Fed, han girado hacia una política monetaria más endurecida, aún arriesgándose a una ralentización de la economía o, en el peor de sus casos, a una recesión. Y es que las caídas de los parqués […]
Tipos de interésAnte unos datos de inflación desmedida, que no veíamos desde hace décadas en occidente, los principales bancos centrales, como la Fed, han girado hacia una política monetaria más endurecida, aún arriesgándose a una ralentización de la economía o, en el peor de sus casos, a una recesión.
Y es que las caídas de los parqués bursátiles no hacen que las preocupaciones mejoren. “Tras alcanzar un máximo histórico a principios de año, el S&P 500 se hundió en territorio bajista la semana pasada. Como regla general, se habla de mercado bajista cuando se produce una caída continua del 20% o superior en el mercado de valores desde los niveles máximos”, comenta Tina Fong, estratega de Schroders.
Los temores a una recesión o a un golpe a la economía mundial se han intensificado con las fuertes correcciones en los mercados de renta variable. “En el pasado, una reacción tan negativa de los mercados ha predicho muchas veces la llegada de una recesión, pero no siempre”, aclara Fong, que aunque adjunta que desde Schroders no prevén una recesión en EEUU, los riesgos sí que inclinan la balanza hacia una.
“Las recesiones no siguen necesariamente a un mercado bajista, aunque las probabilidades no son favorables si se mira la historia”, informa y reconoce que desde el año 1900, la economía estadounidense sólo ha conseguido evitar una recesión el 30% de las veces que se ha producido un mercado bajista.
“Estos periodos también han durado menos, por lo general, con pérdidas menos severas en comparación con los episodios de territorio bajista con recesiones. Por ejemplo, el S&P 500 cayó más de un 20% durante el Lunes Negro de octubre de 1987, pero la economía no experimentó una recesión. Se culpó en gran medida a los modelos de trading automático del desplome del mercado de acciones. De cara al futuro, cuanto más duren las ventas y más profunda sea la caída de los precios, especialmente en un contexto en el que la Reserva Federal está subiendo los tipos de interés, mayor será el riesgo de que se produzca una recesión”, matiza la experta.
Desde Alger, socio del Grupo La Française, también analizan la repercusión que está bajada de los incides bursátiles tienen para el augurio de una posible recesión económica.
“Históricamente, el descenso medio del S&P 500 ha sido del 27% en las correcciones de mercado no asociadas a recesiones. Sin embargo, las caídas acompañas de recesiones han sido mucho más graves, acumulando una rentabilidad negativa media de un 46%, mucho más que la caída actual del 29%, lo que indica que podría haber correcciones adicionales si la economía entra en recesión”, comentan para añadir que sin embargo, algunas áreas del mercado bursátil han corregido más, lo que es más coherente con una recesión.
“Por ejemplo, el descenso medio de las acciones de pequeña capitalización del índice Russell 2000 ha sido del 47% en la última caída, y ha sido incluso mayor, del 51%, para los valores del Nasdaq Composite”, aclara.
“Creemos que algunas áreas del mercado bursátil estadounidense, como las empresas growth de pequeña capitalización, están descontando un escenario más cercano a la recesión, mientras que otras partes del mercado de renta variable no están valorando una posible recesión. Actualmente, creemos que los pequeños valores de crecimiento nos parecen relativamente baratos en base a la historia y a la luz de sus fundamentales potencialmente fuertes a largo plazo”, puntualizan desde Alger.
Ante una situación de subida de tipos de interés unido a un contexto inflacionario, son muchos expertos los que se refieren al momento actual con el término de ‘estanflación’.
“La inflación ha seguido subiendo y la incursión de las tropas rusas en Ucrania junto con las sanciones contra Rusia avivaron aún más el aumento en los precios. Mientras que en Estados Unidos la economía real sigue siendo resistente y los inversionistas temen una desaceleración debido al endurecimiento de la política monetaria, la Eurozona sufre por su dependencia energética de Rusia. Esto podría perpetuar la “estanflación” actual durante más tiempo. En China, la persistencia de la estrategia de “covid-cero” provocó un desplome de la producción con repercusiones mundiales”, comenta Pablo Duarte, analista sénior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch.
Añade que pese a que la economía real sigue en fase de expansión tanto en Estados Unidos como en Europa, lo cierto es que “los vientos en contra provienen del empeoramiento de la confianza de los consumidores y las empresas”.
“La conclusión es que el escenario de estanflación (en el que un crecimiento bajo y fluctuante por término medio va acompañado de una inflación alta y fluctuante) parece algo más probable que la recesión de estabilización (en la que la ola de inflación se ve interrumpida por la caída de la demanda forzada por la política monetaria o fiscal). Como de costumbre, la política posterga la solución de los problemas. Sin embargo, esto hace que un ajuste sea aún más doloroso cuando la procrastinación ya no es posible”, insiste Duarte.