Aunque la economía china fue la única que registró una tendencia alcista en 2020 y 2021, en plena pandemia Covid-19, la realidad ahora es que la relentización de la potencia asiática se hace inminente. Los números rojos de la potencia asiática Así, y según Olivier de Berranger, director de inversiones y director de gestión de […]
BolsasAunque la economía china fue la única que registró una tendencia alcista en 2020 y 2021, en plena pandemia Covid-19, la realidad ahora es que la relentización de la potencia asiática se hace inminente.
Así, y según Olivier de Berranger, director de inversiones y director de gestión de activos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier, “todos los indicadores están en números rojos y dan a entender que el gigante asiático sufre una fuerte ralentización económica”, aunque reconoce que sí que puede haber algunas oportunidades de inversión.
Para el experto, existen numerosas razones que explican la caída de la bolsa china. La primera es la regulación de las empresas tecnológicas chinas, que pretende limitar las prácticas contrarias a la competencia y restringir el uso de los datos.
“Otro motivo es el conflicto entre EE. UU. y China sobre las auditorías de las empresas chinas cotizadas en el país americano. A ello hay que añadirle la normativa del mercado inmobiliario, que puede traer a la memoria las tribulaciones de la crisis económica de 2008 en EE. UU., la reactivación de la política de cero COVID, así como el repunte de los temores ligados a las ambiciones geopolíticas de China, particularmente con respecto a Taiwán… ¿Pueden estas circunstancias realmente favorecer las oportunidades de inversión en China?”, resalta de Berranger.
Susan Joho, Economista del banco privado suizo Julius Baer apunta también al problema de las cifras de las exportaciones chinas, debido fundamentalmente a que la Covid-19 paralizó la producción y el transporte de mercancías en zonas clave.
“Las importaciones se mantuvieron estables y en línea con la débil demanda interna. No se vislumbra el fin de la estrategia de cero Covid-19, como comunicaron los dirigentes antes del fin de semana. Es de esperar una marcada desaceleración del crecimiento económico en el trimestre actual, y posiblemente también en el siguiente”, expresa.
Así, la experta aclara que el crecimiento de las exportaciones cayó fuertemente en abril, mientras que las importaciones se mantuvieron planas durante el primer mes completo desde que comenzó el bloqueo en Shanghai.
Y aunque reconoce que las cifras están por encima de las expectativas del consenso, señala que “la caída del crecimiento de las exportaciones pone de manifiesto hasta qué punto las rigurosas medidas de contención del coronavirus han obstaculizado la actividad económica a través de la paralización de la producción y la entrega de mercancías (por ejemplo, el mayor puerto de contenedores del mundo, en Shangai, se vio congestionado por la falta de conductores de camiones, muchos de los cuales están atrapados en la cuarentena). Además, en comparación con los resultados de las exportaciones de Corea del Sur, que suelen utilizarse como indicador de las condiciones del comercio mundial y que se mantuvieron fuertes en abril, las vacilantes cifras chinas indican que la razón de la debilidad de las exportaciones es interna”.
Para añadir: “Por otra parte, el estancamiento de las importaciones sigue siendo una señal de la baja demanda interna. Es probable que sigan siendo escasas, dado que no se espera una gran relajación en el sector inmobiliario y bajo las actuales restricciones de movilidad impuestas a los consumidores”.
Segíun el experto, algunos inversores de renombre están haciendo sonar la alarma y prefieren abandonar este mercado, que actualmente consideran arriesgado, aunque ofrece un gran potencial a largo plazo. “Para un inversor, la asunción de riesgo puede parecer oportuna desde el punto de vista del posicionamiento económico, la valoración y la política presupuestaria y monetaria de China”, indica.
Y es que a su juicio, el riesgo geopolítico es más difícil de calibrar, en vista de los vínculos comerciales establecidos entre China y el resto del mundo. “Tras la invasión de Ucrania llevada a cabo por Putin, la invasión de Taiwán por parte de China es una hipótesis que, en caso de materializarse, sin duda provocaría una caída sin paliativos de los activos chinos”, señala.
Tanto es así que el último comentario de BlackRock sobre sus valoraciones y que versa sobre la necesidad de reequilibrar para reducir el riesgo, esta desaceleración de crecimiento en China ha hecho que la gestora rebaje los activos chinos y la renta fija asiática, “ al considerarlos más arriesgados en este momento”.
Por el contrario, la gestora mejora a neutral su visión para la deuda corporativa con grado de inversión y la deuda pública europea, ya que observa oportunidades en ambas.
A pesar de todo ello, el experto de La Financière de l’Echiquier, indica que podrían existir ciertas oportunidades de inversión. “En lo que se refiere a la valoración bursátil, la ratio precio-beneficios indica que los valores chinos, principalmente del sector tecnológico, actualmente son más atractivos”, concreta.
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