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Cómo preparar nuestras carteras para refugiarnos de la inflación

Si hay un fenómeno de mercado que no se discute por parte de los analistas este 2022, ese es sin duda la inflación. La recuperación post-covid y la vuelta a esta “nueva normalidad” está dejando cifras de precios que marcan récords que no veíamos en décadas, fundamentalmente en Estados Unidos, Europa, y también en Latinoamérica. […]

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17 feb 2022

Si hay un fenómeno de mercado que no se discute por parte de los analistas este 2022, ese es sin duda la inflación. La recuperación post-covid y la vuelta a esta “nueva normalidad” está dejando cifras de precios que marcan récords que no veíamos en décadas, fundamentalmente en Estados Unidos, Europa, y también en Latinoamérica.  

Hemos hablado con los expertos en inversiones, que nos cuentan cuáles son los sectores en los que podemos refugiarnos de esta histórica subida de precios. 

La inflación, una realidad más duradera de lo esperado

A pesar de que bancos centrales de la talla de la Reserva Federal o del Banco Central Europeo señalaron en su día que la subida de precios tras la salida de la situación pandémica era temporal, las cifras de estos últimos meses nos han demostrado que la inflación está durando más de lo esperado y deseado. 

Es evidente que nos encaminamos hacia una mayor normalización monetaria, es decir, menos estímulos y tipos de interés tendentes al alza. La pregunta está en cómo de rápido desaparecerán los estímulos y qué interpreta el mercado en términos de “subir tipos””, comenta Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía. 

Y es que tal y como indican desde Fidelity International, “algunas subidas de los precios parece que persistirán debido a los bloqueos de las cadenas de suministro (aunque posiblemente estemos ya en el pico y la situación mejore en los próximos meses) y, a más largo plazo, debido al coste derivado de los esfuerzos por alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono. Pero ponerle freno de forma contundente podría dañar el crecimiento”.

Desde la gestora auguran que las tres subidas de tipos este año que se esperan por parte de la Reserva Federal serán un reto: la pesada carga de la deuda y la necesidad de que los responsables políticos mantengan tipos reales negativos para atender el servicio de esas deudas significa que la Fed probablemente se mantendrá detrás de la curva. “Dicho esto, con dichos tipos reales en terreno negativo -es decir, unos tipos nominales históricamente bajos aunque sean positivos-, los activos de riesgo deberían seguir teniendo apoyo”, puntualizan. 

Algunos de los factores que respaldan estas subidas de precios son de carácter transitorio como la energía, según apunta Erick Muller, Head of Product and Investment Strategy de Muzinich & Co, pero destaca: “Sin embargo, en Europa, vemos que los riesgos geopolíticos han aumentado y pueden dejar los precios del gas más altos de lo previsto durante más tiempo”. 

El entendido también hace hincapié en que hay otros factores más duraderos que han llevado a esta situación inflacionaria, tales como las interrupciones de la cadena de suministro, los costes de la vivienda, la reorganización estructural de las cadenas de suministro, la ineficiencia de los mercados de trabajo, el impacto del cambio climático en los precios de los alimentos y el coste de la energía en la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. 

Esta visión también la comparte François Rimeu, estratega senior de La Française AM, que insiste que en, pese a que la tendencia de la inflación es a la baja durante este año, lo cierto es que los altos precios van a persistir durante el primer semestre de 2022, tanto en Europa como en EEUU. 

Es probable que la inflación empiece a ralentizarse en el tercer trimestre y, en el cuarto, podría registrar un fuerte descenso debido a los fuertes efectos de base negativos”, indica Rimeu. 

“Aunque esperamos que la inflación descienda en términos anuales en los próximos meses, la velocidad del descenso y el punto de aterrizaje final pueden decepcionar la visión optimista que sustenta las previsiones de los Bancos Centrales Europeos”, concreta Muller, para añadir: “En nuestra opinión, el aumento de la inflación puede actuar como un viento en contra del crédito a partir de ahora, pero también puede crear ganadores y perdedores en función del poder de fijación de precios de las empresas y de cualquier eficiencia de gestión de costes que quede de la pandemia, lo que refuerza los argumentos a favor de una sólida selección de créditos”. 

Para Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes, es acertado señalar que “la mayoría de los factores inflacionistas en juego están relacionados con la pandemia, y han tenido un intenso impacto debido a su naturaleza de amplificación mutua, mientras que la propia pandemia también ha durado más de lo inicialmente previsto”, pero considera que “a medida que la pandemia se convierta en endémica, deberíamos asistir a una reversión de las tendencias anteriores a la crisis: los patrones de consumo deberían volver a centrarse en los servicios en lugar de en los bienes, lo que daría lugar a un alivio de las tensiones en la producción y a una moderación de la inflación de los bienes; las interrupciones de la cadena de suministro deberían ajustarse; la escasez en el mercado laboral también debería disminuir a medida que mejoren las tasas de participación”. 

“Nuestro escenario de referencia prevé un descenso de la inflación a partir del segundo trimestre y que gane fuerza en el segundo[…]. Dicho esto, los riesgos para nuestras perspectivas de inflación de base están sesgados al alza”, explica la experta. Desde el punto de vista del corto plazo y de los mercados financieros, la incertidumbre sobre la inflación y la evolución de la pandemia, el temor a una retirada brusca de los estímulos monetarios y la falta de claridad sobre la función de reacción de la Reserva Federal pueden ser fuentes de una importante volatilidad en el próximo año”, matiza la entendida. 

“Esta altísima inflación tiene varias consecuencias para los mercados financieros y los inversores. Los bancos centrales están empezando a adoptar políticas más restrictivas (reducción del QE en Europa, subidas de tipos en Estados Unidos). Esto no es una mala noticia, pero, con unas políticas fiscales también menos favorables, podría suponer un reto para los activos de riesgo. La alta inflación, sin la inflación de los salarios reales, también conducirá inevitablemente a una menor demanda, lastrando el crecimiento económico. De nuevo, este no es el mejor entorno para los mercados financieros”, aclara el experto de La Française. 

Pese a todos los contras sin embargo, desde el equipo de Schroders no creen que la inflación suponga todavía un riesgo sistémico para los mercados, ya que, a su juicio, la voluntad de los bancos centrales de empezar a subir los tipos en respuesta a las presiones inflacionistas debería mantener las expectativas de inflación bajo control.

En qué activos refugiarnos de la inflación 

Para François Rimeu, a la hora de plantearnos cómo podemos refugiarnos de la inflación al invetir, primero hay que ver si esta es temporal o no, y conocer a qué nivel de inflación nos encontramos.  

“Si la inflación es alta (> 4%, por ejemplo) y está aquí para quedarse (y, desde luego, así lo parece), entonces yo adoptaría en mi gestión una asignación de activos muy defensiva, con una alta porción de efectivo, bonos protegidos contra la inflación y bienes inmuebles. Pero si esta inflación es temporal o no demasiado alta (entre el 2 y el 3%, por ejemplo) y el crecimiento económico se mantiene bien, como es el caso ahora, entonces me inclinaría por la renta variable en mi asignación. En cuanto a la asignación por sectores, los sectores cíclicos/de valor serían la mejor opción para superar al mercado, en ese caso”, recalca. 

Salvatore Bruno, Jefe de Inversiones de Generali Investments Partners, insiste también en que la diversificación y la selección son la clave. “Los inversores deberían buscar mercados que ya hayan experimentado un endurecimiento monetario (es decir, los países de Europa Central y del Este) o estrategias de curvas de tipos. Esperamos que se produzca una mayor inclinación de la curva en Europa y un mayor aplanamiento en EE.UU. En algún momento, los rendimientos más altos podrían volver a ser interesantes para algunos inversores. Deberían aplicarse estrategias de selección de activos de riesgo en términos de sectores, factores y zonas, dadas las valoraciones alcanzadas en algunos mercados”, matiza.  

En Schroders también hacen referencia a que las empresas inmobiliarias cotizadas ofrecen una cobertura parcial frente a la inflación a través de la transmisión de los aumentos de precios en los contratos de alquiler y los precios de los inmuebles. “Creemos que los activos reales, especialmente en el sector inmobiliario, serán una sólida cobertura contra la inflación”, añaden. 

Además, mencionan a las commodities, como la energía y otras materias primas, que son una fuente de costes para las empresas, así como un componente clave de los índices de inflación y por lo tanto, “suelen obtener buenos resultados cuando la inflación también aumenta, a menudo porque son la causa del aumento de la inflación”. 

“Además, la demanda de TIPS (bonos del Tesoro de EE.UU. protegidos contra la inflación) ha aumentado significativamente durante el último año y medio. Dado que la inflación es una de las principales preocupaciones de la mayoría de los inversores, no es de extrañar que muchos hayan buscado en estos bonos una forma de proteger su cartera de la subida de precios”, precisan sus expertos.

Pedro del Pozo explica que a su juicio, en este contexto debemos evitar la renta fija tradicional. En cuanto a la renta variable, primar aquellos sectores que se ven beneficiados por el ciclo de inflación o mayores tipos, como los bancos. En general hablamos de sectores cíclicos, como puede ser el consumo discrecional y materias primas. En todo caso, hablamos de inversiones interesantes, no activos refugio. En caso de elevada inflación, los refugios suelen ser poco efectivos, bastante caros y pueden tener algunos efectos no deseados, singularmente el caso del oro. Tal vez, el mejor refugio sea la prudencia y la paciencia, especialmente si pensamos que la inflación tenderá a niveles más razonables”, añade. 

Para los inversores en renta fija, una excelente opción son los bonos ligados a la inflación. Para los que tienen un perfil más dinámico y prefieren la renta variable, tienen por un lado la opción de las empresas defensivas de alta calidad que reparten dividendos (por ejemplo en sectores como consumo básico, que deberían demostrar su valía este año). Y por otro las empresas que disfrutan de poder de fijación de precios y una demanda sólida de sus productos, que también deberían estar bien posicionadas para este entorno”, indican en Fidelity, y añaden: “Además […] los activos alternativos son también una opción atractiva para incorporar rasgos defensivos a las carteras, principalmente los proyectos de energías renovables a tenor de la agitación que muestran últimamente los mercados energéticos”. 

El caso del oro y otros metales preciosos 

En lo que respecta a metales preciosos como el oro, un activo que tradicionalmente ha sido considerado refugio para periodos de alta inflación, desde Coininvest, su director general Daniel Marburger, señala que estos “pueden ofrecer protección durante las crisis globales”. 

“Cuando los inversores pierden la fe en el papel moneda y otros activos, los metales preciosos tienden a retener o aumentar su valor. Además, los metales físicos son activos tangibles; También son portátiles, puede llevarlos a cualquier parte del mundo con facilidad. Las inversiones en metales preciosos son confidenciales. No hay muchas oportunidades de inversión que ofrezcan niveles tan altos de privacidad”, insiste Marburger, que añade: “Por otro lado, la demanda de metales preciosos está aumentando; se utilizan para una serie de productos diferentes, incluidas las industrias automotriz y médica, por ejemplo”.

Opinión diferente es la que expresa Pedro del Pozo, que señala que pese a que los metales preciosos pueden constituir una vía razonable de inversión, “no es oro todo lo que reluce”, pues argumenta que están sujetos a importantes movimientos especulativos. 

“Eso lleva a que no tenga por qué existir una relación directa entre inversión y protección. Probablemente en los activos refugio es donde más precaución hay que tener, a la hora de invertir”, advierte el entendido de Mutualidad de la Abogacía. 

El comportamiento del oro ha sido bastante imprevisible en los últimos trimestres; los inversores probablemente deberían considerar el oro en caso de una nueva crisis o en caso de estanflación. Además, parece que los valores relacionados con el oro (minería) no siempre siguen la tendencia de la materia prima subyacente. Los metales podrían representar una buena oportunidad si se mantiene un crecimiento sostenido, a pesar de la creciente inflación; el crecimiento que se está experimentando en China es relevante para este sector”, aclara por su parte el experto de Generali Investments Partners.

“Históricamente, el oro ha tenido rentabilidades de dos dígitos cuando la inflación ha superado el 3%, y de un dígito -pero superior a la inflación- cuando no ha llegado a dicho 3%. Por tanto podría resultar un activo interesante frente a la inflación, aunque también es cierto que ya no tiene una correlación tan positiva con dicha variable como la tuvo en los años 70 y 80”, apuntan desde Fidelity International. 

Desde Schroders apuntan que “a medida que la Reserva Federal actualiza sus planes para endurecer las condiciones monetarias de la economía estadounidense, la mayoría del mercado cree que el oro corre el riesgo de sufrir más pérdidas porque, simplificando demasiado, “la Fed va a normalizar la política monetaria y los tipos de interés reales van a subir”, y añaden que, en la gestora, poseen una visión neutral respecto al oro. “Estamos más optimistas respecto a los metales industriales, sobre todo motivados por el aumento de la demanda fuera de China a medida que se normaliza la actividad global”, aclaran.

La posición de los inversores profesionales europeos: sus preferencias

Según señala la encuesta realizada a inversores profesionales en toda Europa y solicitada por WisdomTree, el colectivo está preocupado por la capacidad de los bancos centrales para mantener a raya la alta inflación. 

Con una inflación por encima de este límite del 2% a la que poco estamos acostumbrados en el viejo continente en las últimas décadas, los activos más comunes para los inversores profesionales europeos al configurar sus carteras contra la inflación son las acciones, seguidos por los bonos ligados a la inflación y las infraestructuras. 

En lo que respecta a las materias primas y al oro, estos no se situaron en la encuesta entre las tres clases de activo mayoritarias. “El modo preferido para la mayoría de los inversores europeos, concretamente el 55%, de acceder a esta clase de activo es a través de las acciones relacionadas con las materias primas”, matizan desde Wisdom Tree.

Cómo preparar las carteras de inversión para huir de la inflación

Para el experto de La Française, la clave para preparar las carteras vuelve a estar de nuevo en actuar en función de lo persistente que sea esta inflación. “A partir de ahora, nos inclinaríamos por el lado temporal, con una inflación significativamente menor a finales de 2022, frente a la actual. Los efectos de base se volverán negativos y el impulso crediticio va a ser negativo durante todo el año, lo que, en nuestra opinión, podría llevar a un menor crecimiento y a un descenso de los precios de las materias primas”, adjunta Rimeu, que añade que si por el contrario resulta ser persistente, “probablemente conllevará que los bancos centrales tengan que subir los tipos más rápido de lo previsto. En igualdad de condiciones, sería negativo para los activos de riesgo (deuda High Yield, mercados de renta variable), especialmente para los valores “de crecimiento” (tecnología, por ejemplo)”. 

En la opinión de Martin Todd, CFA, Portfolio Manager, Sustainable Global Equity, Sustainable Europe, Impact Opportunities de Federated Hermes, el impacto de la inflación va a variar mucho entre secciones y regiones: sectores como el petróleo y la minería tienden a tener un buen desempeño en periodos inflacionarios. 

Así, señala que sectores como el petróleo y la minería tienden a tener un buen desempeño en periodos inflacionarios. “También hay que fijarse en compañías y sectores que tengan gran poder de fijación de precios para poder trasladar al cliente final el incremento de costes”, adjunta. 

“Si los tipos reales no limitan el crecimiento, los sectores de valor de la renta variable, los financieros (también en crédito) y los cíclicos deberían seguir ofreciendo valor, al menos en relación con el resto del mercado”, indica Salvatore Bruno, que añade que, en materia de renta fija, “la diversificación hacia los mercados que ya se han enfrentado al endurecimiento monetario podría ayudar, así como determinadas estrategias de curvas de tipos”. 

“Desde UBS AM creemos que la renta variable global está bien posicionada para crecer en 2022 gracias al sólido aumento de los beneficios”, expresa Jaime Raga, Responsable de Relación con clientes de UBS AM Iberia, aunque reconoce que esta posición tiene sus riesgos. 

Un repunte suficientemente importante que sitúe los tipos reales de EE.UU. a 10 años por encima de cero podría ejercer suficiente presión sobre las valoraciones de la renta variable a nivel del índice como para anular los efectos positivos del crecimiento de los beneficios”, concreta. 

Del Pozo llama a la cautela y a la prudencia a la hora de confeccionar nuestras carteras, fundamentalmente en el caso de los inversores conservadores, e indica que “hay que suponer que los bonos lo van a hacer mal durante un cierto tiempo pero, en unos meses, se podrá invertir a mejores rentabilidades. En cuanto a renta variable, tal vez merezca la pena algo de cambio de sesgo, hacia valores más cíclicos, beneficiados por la normalización económica y sanitaria”. 

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