El sector de los servicios financieros ha hablado sobre cuáles son las principales preocupaciones de riesgo. Así, según el informe Financial Services Risk Trends: an Insurer’s perspective de la Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS), Covid, Cyber, Compliance y ESG son los principales. 

"El sector de los servicios financieros se enfrenta a un periodo de mayores riesgos. Covid-19 ha provocado una de las mayores sacudidas de la historia de la economía mundial, desencadenando un estímulo económico y fiscal sin precedentes y niveles récord de deuda pública", afirma Paul Schiavone, Director Global de soluciones industriales de servicios financieros de AGCS.

Y añade: "A pesar de la mejora de las perspectivas económicas, la incertidumbre sigue siendo considerable. La amenaza de la volatilidad económica y de los mercados todavía está por delante, mientras que el sector también necesita centrarse cada vez más en los llamados riesgos "no financieros", como la resiliencia cibernética, la gestión de terceros y las cadenas de suministro, así como el impacto del cambio climático y otras tendencias ambientales sociales y de gobernanza (ESG)."

Entre las principales conclusiones, se arroja que el sector de los servicios financieros teme en gran medida a la Covid-19, debido a que “puede provocar correcciones en el mercado e insolvencias, lo que podría afectar a los balances de las instituciones financieras, aumentar la exposición de los directivos y dar lugar a litigios”. 

Por otro lado, otras de las conclusiones que arroja es que este análisis de AGCS de los 1.000 millones de dólares de siniestros del sector de los seguros indica que los incidentes cibernéticos, incluidos los delitos, son la principal causa de pérdidas. De hecho, tal y como señalan desde Allianz, “las seguradoras ven un número creciente de pérdidas por interrupciones o violaciones de la privacidad, siendo los proveedores de servicios de terceros un posible eslabón débil”. 

Por otro lado, y en lo que respecta a los problemas de compliance, la gestora los destaca por ser uno de los mayores impulsores de las reclamaciones y porque además, la tendencia va en aumento fundamentalmente en lo que respecta a los factores ESG y de cambio climático.