El segundo banco más grande de Suiza, Credit Suisse, ha publicado unas cuentas que arrojan pérdidas para la entidad por cuarto mes consecutivo. En cifras, el balance negativo alcanza 4.060 millones de euros en el tercer trimestre fiscal del año y sostiene una subida en los ingresos de 11.940 millones de euros, lo que se […]
El segundo banco más grande de Suiza, Credit Suisse, ha publicado unas cuentas que arrojan pérdidas para la entidad por cuarto mes consecutivo. En cifras, el balance negativo alcanza 4.060 millones de euros en el tercer trimestre fiscal del año y sostiene una subida en los ingresos de 11.940 millones de euros, lo que se traduce, en un 35% menos de ingresos con respecto al mismo periodo del año anterior. En el cómputo total de lo que llevamos de año, el mastodonte bancario incurre en pérdidas que se sitúan alrededor de los 6.000 millones de euros. También en los nueve primeros meses del año, Credit Suisse ha perdido más de la mitad de su valor en bolsa.
Además de sus resultados empresariales, Credit Suisse ha lanzado un plan de reestructuración que afectará principalmente a la banca de inversión y que contiene dos ampliaciones de capital.
La parte que afecta a la banca de inversión, cuya imagen y credibilidad se ha visto muy dañada en los últimos tiempos, pasará por mejorarse a través de la creación de una unidad de pérdidas y un nuevo banco asociado para los mercaos de capitales.
En cuanto a las dos ampliaciones de capital que pretende ejecutar la compañía, la primera, que ya cuenta con el apoyo del Saudi National Bank se situaría en 1.860 millones de euros, aunque tendremos que esperar a finales del mes de noviembre, cuando se someta a votación, para comprobar si se lleva a cabo. La segunda ampliación de capital, por su parte, que va dirigida a los propios accionistas, espera alcanzar una recaudación superior a los 2 millones de euros.
El plan de saneamiento de la compañía pasa también por el despido de parte de sus trabajadores. La entidad financiera ha afirmado que efectuará una reducción del 17% de la plantilla que trabaja a jornada completa, lo que se traduciría en 9.000 puestos de trabajo menos, en un espacio de tiempo de dos años (hasta 2025).
Credit Suisse realiza esta ambiciosa reestructuración para alcanzar una reducción de costes del 15% para 2025.
El jefe de Finanzas de Federated Hermes Limited, Filippo Alloatti, ya predecía que los cambios en la nueva hoja de ruta de Credit Suisse, pasarían por una “profunda reestructuración” del banco de inversión, para reducir el riesgo del mercado con el paso del tiempo. Asimismo, afirma que la entidad podría seguir los pasos del banco UBS ya que es de donde proceden el Presidente y el CEO de Credit Suisse. También señala que CS tomará como referencia las técnicas de recuperación de Deutsche Bank.
Fuente: Federated Hermes Limited
El propio consejero delegado de Credit Suisse, Ulrich Koerner, avisaba de que la situación del banco es “critica”. Durante los últimos meses parecía que la posibilidad de que el banco cayera era muy grande. Una situación que se ve agravada por la coyuntura de debilidad de los mercados financieros y de la crisis energética derivada del conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania.
"Credit Suisse se enfrenta a la mayor agitación que el banco haya visto jamás", dijo Andreas Thomae, especialista en gobierno corporativo de la compañía de fondos Deka Investment.
José Lizán, gestor de Magnum Sicav en Quadriga, explica que la crisis de imagen que ha sufrido la entidad suiza se debe principalmente a su sobreexposición al fondo Archegos. “Credit Suisse era uno de los mayores acreedores del fondo Archegos y se estima que perdió 5.500 millones de euros”. Al caso Archegos, se suma la exposición que CS tuvo al fondo de deuda australiano Greensill, que reportó fuertes desplomes e hicieron que la entidad incurriera en pérdidas del entorno a 1.500 millones de dólares. Las ingentes pérdidas provocadas por la exposición de Credit Suisse a estos dos fondos le obligaron a “hacer provisiones muy fuertes de resultados durante los últimos 3 o 4 trimestres”, añade.
El mayor riesgo de Credit Suisse es la reputación y credibilidad. Su principal negocio es la banca privada y gestionar el dinero de grandes patrimonios a nivel mundial. José Lizán, señala, que “el dinero es miedoso y el dinero de las grandes fortunas lo es aún más”. Si la entidad no solventa los problemas reputacionales pronto “muchos clientes abandonarán la entidad”, con lo que el problema se hará todavía mayor.
“Ganar reputación es muy difícil, pero perderla es muy fácil”, ha señalado Lizán. Credit Suisse, además, está perdiendo talento, ya que se han conocido varias dimisiones de directivos en Australia y en Asia.
El gran riesgo para Credit Suisse es el tiempo, “cuanto más tarden en solucionar los problemas de confianza, más talento y más clientes se van a ir de la entidad y menores beneficios van a obtener, con lo que el problema se agranda y la necesidad de capital es mayor”, ha concluido el gestor de Magnum Sicav en Quadriga. Además si CS tarda mucho en poner una solución a estos problemas de confianza, pueden perder el core del negocio y “eso sería lo más dramático y preocupante para la entidad”.
Leticia Poole de la universidad catalana UOC, considera que no estamos ante de un escándalo mundial tipo Lehman Brothers, que pone en peligro la estabilidad de todo el sector bancario. Lo que si cree que se ha hecho muy mal en los últimos años es no separar el negocio de derivados de la banca comercial que ha abusado de esta herramienta para cubrir riesgos en créditos: “Creo que no hemos aprendido todavía lo suficiente de la anterior crisis.”
En la misma línea, Manuel Romera del IE University afirma que una caída de CS sería un tsunami impresionante para el sector financiero europeo y mundial “y no creo que el banco central suizo no lo permita.
José Lizán, coincide con los dos expertos en que no cree que las autoridades dejen caer a Credit Suisse, como pasó con Lehman Brothers ya que el banco americano “dejó agujeros en muchas entidades financieras”.
“Con Lehman Brothers se vio un daño estructural masivo al sistema y me costaría mucho pensar que una entidad como CS, que además está en un estado rico como es Suiza, no vaya a encontrar una solución, aunque pase por una gran dilución para sus accionistas actuales”, ha aseverado Lizán.
El gestor de Magnum Sicav en Quadriga, añade además que los problemas de Credit Suisse “no pillan por sorpresa a nadie” como sí sucedió con el gigante bancario americano, cuyas turbulencias eran “más desconocidas y opacas”. “Me extrañaría que se produjera un efecto dominó de la banca por el impacto de CS”.