La Reserva Federal estadounidense casi con toda certeza elevará los tipos en 0,25 puntos en septiembre. Cualquier otra decisión que no fuera una subida causaría una conmoción en los mercados financieros. A la Reserva Federal no le gusta conmocionar a los mercados, dice el Global Chief Economist GWM, Paul Donovan.

Lo que ocurra a continuación está menos claro. La Fed sigue un patrón de subida, pausa, subida, pausa. Eso está bien y es fácil de predecir. Eso apuntaría a una subida de tipos en diciembre. La economía estadounidense sigue siendo sólida. Las tasas de inflación ciertamente justifican una subida de tipos. El mercado laboral también es sólido. El mercado de la vivienda se ha debilitado, pero esto es porque los precios son bastante altos. Eso no debería impedir que la Fed subaiera los tipos.

Pero una subida en diciembre no es una certeza. La política comercial del presidente de EE.UU., Donald Trump, es difícil de predecir. La política comercial implica subir los impuestos a los consumidores estadounidenses. Otros países están perjudicando a las exportaciones estadounidenses. Estas son cosas que podrían frenar la economía estadounidense con bastante rapidez. Unos impuestos al comercio altos también podrían perjudicar al mercado de renta variable, causando más daño económico.

Sin duda lleva tiempo que los aranceles afecten al consumidor estadounidense. Unos impuestos comerciales más altos no se dejarían sentir hasta después de las elecciones de mitad de legislatura de noviembre. Pero si los aranceles son elevados, la Fed podría tomarse una pausa en diciembre.

Por ahora, los futuros sobre los fondos de la Fed sugieren una posibilidad de dos tercios de una subida de tipos en diciembre