La reflexión general de las distintas autoridades es que la principal prioridad ahora es atender a la urgencia sanitaria que supone el Covid-19, y que ya habrá tiempo de calcular el impacto que tendrá esta crisis sobre la economía cuando las aguas se calmen. Sin embargo, existen distintos índices que advierten de una próxima caída […]
BolsasLa reflexión general de las distintas autoridades es que la principal prioridad ahora es atender a la urgencia sanitaria que supone el Covid-19, y que ya habrá tiempo de calcular el impacto que tendrá esta crisis sobre la economía cuando las aguas se calmen. Sin embargo, existen distintos índices que advierten de una próxima caída de la actividad económica, tanto en Europa, España y en todo el mundo.
En estas circunstancias, ante la incapacidad para hacer predicciones, uno de los indicadores más fiables es el PMI, que refleja la intención de los gestores de compras de las empresas. Este índice, elaborado por Markit Economics, expresa si las empresas van a realizar más o menos pedidos que el mes anterior, además de evaluar otros factores como su producción o si prevén ampliar la contratación.
El índice tiene como base 50, por lo que un resultado por encima de 50 indica una expansión, por debajo, contracción y, si se encuentra por debajo de 42, anticipa una recesión. Los últimos datos de Markit de febrero indican que la confianza empresarial descendió de manera notable en un solo mes, desde los 52,2 puntos, hasta los 46,1 puntos, que indicaría, como mínimo, una contracción de la economía.
Si se observa la situación de China, el primer país que sufrió el coronavirus, se puede anticipar que las perspectivas globales son poco halagüeñas. El índice PMI se redujo en un solo mes a casi la mitad, desde los 51,9 puntos de enero, hasta los 27,5 de febrero. Philippe Waechter, Jefe de Investigación Económica de Ostrum AM, observa que “el colapso de la producción industrial china es espectacular”.
Estos datos, según comenta el director económico de IHS Markit, Andrew Harker, muestran que las empresas chinas reducirán el empleo por primera vez en más de una década, además de prever una reducción de los beneficios. En ese sentido, Michael Strobaek, CIO global de Credit Suisse, afirma que las cifras de China han caído en la mayoría de los segmentos, como es la producción industrial (-13,5% interanual), las ventas minoristas (-20,5%) y la inversión en activos fijos (-24,5%). “Los números son desalentadores”, reflexiona. Asimismo, Harker cree que “estos designios bien podrían ocurrir en otras economías del mundo” a causa de los esfuerzos “para contener el brote del virus”.
En ese sentido, la preocupación no solo atañe al efecto que puede generar el efecto arrastre de la economía china, sino a la propia caída que puede provocar la paralización de la demanda en España y en Europa. En el caso de España, en febrero aún no se observó una caída del optimismo empresarial, puesto que el índice llegó a 51,2. No obstante, se advierte la “amenaza emergente” que supone la crisis para “sectores clave” como son el turismo y los viajes. En ese sentido, Paul Smith, director de Economía de IHS Markit, cree que “es comprensible” que las empresas no tomen decisiones importantes con respecto al empleo y la inversión “mientras esperan a ver cómo se desarrolla la crisis”.
Con respecto a Europa, los análisis de este índice muestran un primer impacto reducido, aunque la incidencia será mayor conforme el virus se expanda. “Se observan indicios de que habrá problemas en adelante”, comenta Chris Williamson, economista jefe de negocios de la compañía. Además, los retrasos en las entregas “amenazan la producción futura”.
A nivel global, las principales economías mundiales sufrieron un descenso en las expectativas de sus empresas en febrero. Así, Alemania (50,7 en febrero frente a 51,2 de enero), Reino Unido (53 frente a 53,3), Estados Unidos (49,6 frente a 53,3) y Japón (50,1 frente a 47) vieron descender su índice PMI en febrero con respecto a enero. En todo caso, para Strobaek, “las medidas de estímulo deberían contribuir a una recuperación posterior significativa, muy posiblemente en forma de V de la economía global”.