Pese a que el consenso de mercado determina que la renta variable europea, cerca de sus máximos históricos, continúa siendo alcista y muchos auguran una subida adicional del 7% para finales de año, lo cierto es que los estrategas de Bank of America (BofA) se posicionan negativos ante ella e infraponderan los productos cíclicos europeos frente a los defensivos. 

“Nuestras proyecciones macroeconómicas son coherentes con un descenso del 12% para el Stoxx 600 hasta 430 a finales de año. Nuestras expectativas de unos PMI más bajos, un dólar más fuerte y unos diferenciales de crédito más amplios apuntan a una infraponderación del 7% de los cíclicos frente a los defensivos a mediados de año. Cambiamos la sobreponderación de los materiales de construcción a la ponderación de mercado, ya que nuestras proyecciones macroeconómicas implican una subida limitada tras un rendimiento superior del 8% desde finales de octubre”, recalcan desde la entidad. 

Cuatro riesgos para la renta variable europea 

Sebastian Readler, Investment Strategist MLI (UK) y Thomas Pearce, CFA, Investment Strategist MLI (UK) de BofA fundamentan su posicionamiento negativo ante la renta variable del viejo continente con cuatro factores de riesgo que consideran clave. 

El primero de los riesgos que señalan es que el impulso del crecimiento se está debilitando. “La renta variable sube cuando el crecimiento se acelera, pero el crecimiento ha empezado a retroceder, con los PMI mundiales y de la zona euro bajando 5 y 7 puntos, respectivamente, desde el máximo. Esperamos que el crecimiento continúe retrocediendo hasta la tendencia en EE.UU. y la zona euro, mientras que seguirá siendo débil en China, dada la crisis de la deuda inmobiliaria y los nuevos cierres, ya que la política china de cero COVID se encuentra con la ola Omicron. Esto implica un descenso de 1 a 2 puntos más para la zona euro y el PMI mundial a finales de año”, aclaran. 

El segundo de los riesgos que ponen encima de la mesa desde BofA para la renta variable europea es que los bancos centrales comienzan a ser más agresivos y duros en lo que respecta a tu política monetaria. “Dado el giro de la Fed en respuesta a la alta inflación, nuestros economistas esperan nueve subidas de tipos en los próximos tres años, mientras que el mercado sólo prevé seis. Dado que las variaciones del tipo de interés de los fondos federales a tres años son un factor clave para el rendimiento real de los bonos, es decir, el tipo de descuento de la renta variable, esto apunta a un mayor aumento de los tipos reales, lo que implica vientos en contra para los múltiplos de la renta variable”, recalcan.

El tercero de los factores de riesgo que encuentran los Investment Strategist de la entidad es que el ciclo de mejora de los beneficios está llegando a su fin. Tanto Reader como Pearce encuentran que el BPA de consenso a 12 meses del Stoxx 600 ha aumentado un 50% desde mediados de 2020, pero el ciclo de mejora de los beneficios se está agotando, con un BPA plano en los últimos dos meses. “La ralentización del crecimiento mundial y la mayor presión sobre los márgenes por el aumento de los precios de los insumos apuntan a un descenso del 5% del BPA a 12 meses para finales de año”, añaden.

Por último, los entendidos destacan que la prima de riesgo que se ha fijado en el mercado es baja. “El mejor momento para asumir el riesgo de la renta variable es cuando la prima de riesgo es alta y tiene margen para desaparecer, pero el diferencial de crédito de alta rentabilidad de EE.UU., un buen indicador de la prima de riesgo, ya está en su nivel más bajo de los últimos 15 años, y nuestro análisis de los diferenciales, basado en el PMI mundial y el precio del petróleo, apunta a un margen de ampliación de los diferenciales, que tiende a estar asociado a la debilidad del mercado de renta variable”, concretan desde BofA. 

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