El Banco Central Europeo centra todas las miradas del mercado en su reunión del mes de julio, donde se prevé y descuenta una subida de tipos de 25 p.b. Es un movimiento especialmente llamativo porque es la primera subida que realizará el banco central en más de una década. Sin embargo, no se pondrá fin, […]
El Banco Central Europeo centra todas las miradas del mercado en su reunión del mes de julio, donde se prevé y descuenta una subida de tipos de 25 p.b. Es un movimiento especialmente llamativo porque es la primera subida que realizará el banco central en más de una década. Sin embargo, no se pondrá fin, por lo menos por ahora, a la política de tipos negativos que arrancó en 2014. Aunque esta será la principal clave de la reunión, hay otras más a las que se les debe prestar atención. Sobre todo, al mensaje que se lance acerca de la inflación, donde ya se sitúa en el 8,6%.
Es la primera clave, sin duda alguna, de la reunión. La duda está en si esta subida será de 25 o de 50 p.b., aunque todo parece indicar que se tirará por la vía más laxa. “A pesar de las diversas declaraciones que han tenido lugar en las últimas semanas acerca de la cuantía de la subida, parece que finalmente dicha subida será de tan “solo” 25 pb en esta ocasión, y que una subida de mayor cuantía (50 pb) tendría ya lugar en la reunión de septiembre”, comenta Cristina Gavín, responsable de Renta Fija en Ibercaja Gestión.
Esta subida será la primera del BCE desde 2011 y hará que el tipo de depósito pase del -0,5% al -0,25%, algo llamativo pero que no pone fin a los tipos negativos por el momento. “Esperamos otra subida en la reunión de septiembre, en la que podría ser conveniente un "incremento mayor". Sin embargo, todo esto es en gran medida ya conocido y descontado. Lo que tiene más importancia para los movimientos del mercado son los detalles en torno a la nueva herramienta antifragmentación, ahora denominada TPM (Mecanismo de Protección de la Transmisión)”, asegura, por su parte, Peter Goves, analista de renta fija de MFS Investment Management.
La otra clave importante en esta reunión será, precisamente, la nueva herramienta antiframentación. “Creemos que el BCE se conformará esencialmente con un mecanismo del tipo de las Operaciones Monetarias Directas (OMT) que permite intervenir en los mercados de deuda soberana en caso de que el Consejo de Gobierno (CG) establezca que el mecanismo de transmisión de la política monetaria está deteriorado. Esperamos una condicionalidad algo menos onerosa que la de la OMT, y que las compras se esterilicen para no interferir en la orientación general de la política monetaria”, agrega Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO.
El mercado tendrá el foco puestos en esos dos instrumentos anunciados en la reunión extraordinaria de política monetaria del 15 de junio, parece que hay bastante consenso en que la primera línea de defensa (flexibilidad en las reinversiones de los vencimientos del PEPP), puede ayudar a contener los diferenciales de unos países frente a otros, para evitar que los países del sur, los que más riesgo tienen de subidas en sus primas de riesgo, se enfrente a subidas demasiado fuertes en sus tipos de interés de deuda soberana.
“Más relevante será lo referente al nuevo mecanismo para evitar la fragmentación (TPM). Aunque no está confirmado que esté preparado para la reunión del jueves, son muchas las expectativas hay en mercado sobre la capacidad de este instrumento para contener las primas de riesgo de los países del sur de la eurozona. La mayoría de los inversores esperan que el volumen de compras sea ilimitado con una condicionalidad suave, por lo que el margen para defraudar dichas expectativas es elevado, teniendo en cuenta el historial del BCE para implementar medidas de calado en un primer momento. También serán relevantes los detalles respecto a la esterilización de las compras de bonos de países receptores, aunque aquí parece que no se hará vía venta de bonos core, sino mediante el sistema de liquidez interbancario”, añade Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G.
En conclusión, está reunión del BCE será transcendental por esa subida de tipos esperada de 25 p.b. y también por conocer esas herramientas para combatir que se disparen las primas de riesgo de los países del sur y se presente un escenario similar al que se vivió en 2011 y 2012 con la crisis del euro.