El metal dorado estaba viviendo un prodigioso inicio del año. Arrancó enero con un valor de 1.286 dólares por cada onza y se fue hasta los 1.342 dólares en poco más de 40 días. Una subida trepidante que encontraba su razón de ser en el aumento de la demanda de los inversores para hacerse con este activo refugio. Solo en 2018, el mercado aumentó las compras de este metal en un 4% y los bancos centrales lo hicieron en un 74%. Unos niveles de récord, impulsados, sobre todo, por los bancos centrales de los países emergentes.

Sea como fuere, el oro, que estaba viviendo un rally espectacular iniciado el pasado mes de agosto, ha visto un fuerte desplome en su cotización. Ha perdido un 5% en 15 días pasando de los 1.342 el 20 de febrero hasta los 1.286 actuales. La pregunta está clara: ¿por qué ha caído?

La respuesta es tan técnica como lógica. Si se observa la correlación que mantienen las acciones y el oro se comprende a la perfección el movimiento. Cuando las acciones suben, el S&P 500 se ha revalorizado en un 11%, el metal tiende a bajar. Aunque, evidentemente hay otros factores que influyen.

Las causas

A este movimiento técnico se une el hecho de que el acuerdo entre China y Estados Unidos esté prácticamente realizado. Diversos medios estadounidenses apuntan a que el 27 de marzo se firmará un documento a través del cual el país norteamericano quitará los aranceles puestos en 2018 y bajará los impuestos a las importaciones chinas. Por su parte, el Gigante Asiático también se ha comprometido a una serie de reducciones arancelarias, entre otras cosas.

Este hecho ha motivado que el apetito al riesgo por parte de los inversores vuelva a crecer, ya que consideran que las bolsas pueden vivir otro rebote, al menos, durante la primera parte del año. Además, también habría que contabilizar aquí el aumento en el rendimiento de los bonos estadounidenses. “En la caída del oro influye la fortaleza del dólar y las subidas que está viviendo esta semana. Por eso ha hecho que el oro pierda la resistencia de los 1.300 dólares”, comenta Mati Greenspan, analista senior de eToro.

A pesar de todo, la caída del oro parece algo, en principio, momentáneo y más teniendo en cuenta la ralentización económica prevista para este año. El analista Roberto Moro asegura que es bastante “probable que el oro se mueva este año sobre los 1.370 dólares”.