En el mercado de divisas y con la invasión rusa en Ucrania aún en marcha, parece que el rublo, el dólar y el euro también se encuentran en pleno campo de batalla. El rublo, en máximos “edulcorados” A pesar de que prácticamente el mundo entero ha criticado la guerra en territorio ucraniano, lo cierto es […]
BolsasEn el mercado de divisas y con la invasión rusa en Ucrania aún en marcha, parece que el rublo, el dólar y el euro también se encuentran en pleno campo de batalla.
A pesar de que prácticamente el mundo entero ha criticado la guerra en territorio ucraniano, lo cierto es que este lunes el rublo ruso se elevó mas de un 6% frente al euro hasta alcanzar un máximo de casi siete años, impulsado por los controles de capital, la fortaleza de los precios del petróleo y el próximo periodo fiscal de fin de mes. Con respecto al dólar, la divisa rusa se alzaba 4,6%.
“El rublo está siendo impulsado por las empresas centradas en la exportación que se ven obligadas a convertir sus ingresos en divisas después de que las sanciones congelaran casi la mitad de las reservas de oro y divisas de Rusia”, concretan desde la agencia de noticias Reuters, y añaden: “El rublo se ha reafirmado alrededor de un 30% frente al dólar este año a pesar de una crisis económica a gran escala en Rusia, convirtiéndose en la moneda de mejor rendimiento del mundo, aunque apoyada artificialmente por los controles impuestos a finales de febrero para proteger el sector financiero de Rusia después de que su decisión de enviar decenas de miles de tropas a Ucrania provocara sanciones occidentales sin precedentes”.
“El actual par USDRUB cotizado es altamente ilíquido y por lo tanto no es una representación exacta del verdadero tipo de cambio determinado por el mercado. Esperamos que el USDRUB se dispare al alza una vez que la liquidez del mercado vuelva a ser la de los operadores, realineando la fortaleza del rublo con los fundamentos económicos de Rusia, muy afectados”, apunta sin embargo Simon Harvey, jefe de análisis de los mercados de divisas en Monex Europe.
Y es que tal y como aclara el experto, el rublo ruso es la moneda que mejor se comporta en términos de precios reportados pero “el problema es que no hay liquidez en el par de divisas, por lo que el rendimiento de la divisa no es indicativo de mejoras en los fundamentos de la divisa o en el contexto geopolítico. Por este motivo, yo no tendría en cuenta el USDRUB a la hora de clasificar el rendimiento de las divisas este año”.
“Actualmente, las sanciones hacen que el volumen de transacciones en los mercados del rublo sea muy limitado y, por tanto, el "verdadero" precio del rublo no es visible. Cuando se reduzcan los controles de capital y los mercados puedan determinar libremente el valor del rublo, esperamos que la moneda vuelva a caer”, puntualiza.
Los inversores están muy pendientes de la caída del dólar estadounidense (USD), siendo esta una de las características que, sin duda, están macando el devenir del mercado.
Esta debilidad, según Simon Harvey, “se ha visto impulsada en gran medida por la estabilización del contexto económico general, lo que a su vez ha llevado a algunos inversores a recortar las posiciones largas en dólares que habían acumulado en los últimos meses debido a la demanda de refugio”, algo que, según comenta el experto, “ha supuesto un alivio para los países importadores de materias primas, ya que se ha reducido el impacto inflacionista de una moneda más débil frente al dólar. Aunque esto tardará algunos meses en filtrarse en los datos del IPC nacional”.
Por el contrario, el euro cotiza ahora por encima de 1,0650, unos niveles que no se veían desde el 26 de abril. Esta fortaleza de la moneda única del viejo continente se debe en parte, según Harvey, a la debilidad del dólar, pero también a los comentarios más agresivos de los miembros del BCE.
“Las expectativas de subidas de más de 100 puntos básicos para este año deberían servir de apoyo al euro, siempre que las condiciones de crecimiento se mantengan y permitan subidas consecutivas de los tipos por parte del BCE”, aclara el experto de Monex Europe.
Según los analistas de Tinkoff Investments, y tal y como publica la agencia Reuters, mientras el banco central y el gobierno mantengan las restricciones, el rublo podría seguir fortaleciéndose a medio plazo.
"Hacia el otoño, el tipo de cambio podría empezar a estabilizarse más cerca del nivel de 60-65 a medida que se recuperen las importaciones y se levanten potencialmente las restricciones”, concretan sus expertos.
Por su parte, los analistas de Otkritie Bank afirmaron que el rublo podría estabilizarse en 55 por dólar en el plazo de un mes, antes de debilitarse hasta 70-80 a finales de año. Además, la agencia puntualiza que las exigencias rusas de que los compradores extranjeros paguen el gas en rublos también han contribuido al reciente repunte del rublo.
BCS Express comentó en un comunicado que la oferta de divisas por parte de los exportadores, los altos precios del petróleo y el próximo periodo fiscal de fin de mes, que suele incitar a las empresas centradas en la exportación a convertir sus ingresos en divisas en rublos para hacer frente a sus obligaciones locales, están apoyando a la moneda rusa.
Sin embargo, para el experto de Monex Europe, al no poder saber el precio real del rublo ante las sanciones y el problema de liquidez, esperan que la divisa rusa vuelva a caer en el momento en el que se reduzcan los controles de capital y los mercados puedan determinar libremente el valor de la moneda.
“Los principales factores a tener en cuenta por los operadores de divisas son el mantenimiento de las condiciones de crecimiento en medio de una mayor inflación y la rapidez con la que ésta se modere hasta el 2%. Si las condiciones de crecimiento se moderan, la base para que los bancos centrales suban los tipos de interés para anclar las expectativas de inflación será limitada”, explica Harvey.
Para añadir que es algo afectará en gran medida a las distintas divisas si esta dinámica no es generalizada entre las economías del G10.
“Además, si la desinflación se produce a un ritmo más rápido, los mercados tendrán que revalorizar las actuales trayectorias de los tipos de interés de los bancos centrales del G10, lo que no sólo se traducirá en una trayectoria más lenta de las subidas de tipos prevista, sino también en una tasa terminal más baja”, considera.