La Climate Bonds Initiative (CBI), una organización internacional de referencia a la hora de tener en cuenta estas emisiones, ha publicado en sus datos mensuales, que en el mes de enero y febrero de este 2021 se han emitido un total de 45.420 millones de dólares en bonos verdes. 

Esta cifra, supera concretamente en un 29,7% la de los mismos meses de 2020, donde se emitió una cifra alrededor de los 35.500 millones de dólares, algo muy positivo para las perspectivas en inversión ESG y para el planeta en general. 

De hecho, y tal como podemos ver en el siguiente gráfico de la organización, todo apunta una tendencia al alza, pues si en el mes de enero de este año la emisión fue de 17.460 millones de dólares, en febrero aumentó en casi 10.000 millones, ubicándose en los 27.960 millones de dólares.

Fuente: https://www.climatebonds.net/

Únicamente deuda verde

Tal y como indica, Saida Eggerstedt, responsable de crédito sostenible de Schroders, define un bono verde como “un instrumento cuyos ingresos son utilizados por la empresa o el gobierno que lo emite específicamente para financiar proyectos con beneficios ambientales”

Así, estos datos de la CBI se refieren únicamente a la deuda verde, por lo que es exclusivamente aquella financiación que se destina a proyectos que favorecen al medio ambiente o que tienen un cambio positivo sobre él, pero no aglutina aquellos que tienen que ver con lo social o con lo sostenible (que es una combinación de las características verdes y sociales).

Y es que aunque la inversión en ESG de forma general todavía sigue siendo limitada, todos los expertos y datos apuntan a que de un tiempo a esta parte, la preocupación por el clima no ha dejado de elevarse, algo que también se nota a la hora de dirigir los flujos de capital. 

Una tendencia claramente al alza

De hecho, desde el año 2014 (primer año en el que la CBI proporciona datos), la cifra en emisiones mundiales “climáticas” se ha elevado de forma continua. Por poner un ejemplo, en el año 2020 se registró un récord, alcanzando los 270.000 millones de dólares y, viendo cómo hemos comenzado estos dos meses de 2021, todo apunta a que este año veremos nuevas alzas. 

“Al cierre de 2015 apenas representaba el 0,1% de un índice de renta fija internacional, un porcentaje que se ha elevado al 1% de los índices mundiales con importes que rondan los 500.000 millones de euros. […] Hace tiempo que los bonos verdes ya no son un mercado nicho y constituyen una clase de activo por derecho propio”, considera también Julien Bras, gestor del Fondo Allianz Green Bond. 

Además, el experto hace hincapié en que Europa es la región que más ha avanzado, aunque “el fenómeno empieza a extenderse por EEUU y Asia, donde se espera que este apetito vaya a más en los próximos años. Es probable que la elección de Joe Biden, comprometido con la reincorporación de EEUU al Acuerdo de París, ejerza una influencia positiva sobre la oferta y demanda en el país”, concreta.