Ante la reducción de las perspectivas de crecimiento y de inflación de la eurozona es clave la política del BCE, asegura el FMI en su último informe anual sobre la región.

El organismo presidido por Christine Lagarde respalda los planes de nuevos estímulos del BCE, dados los riesgos a los que se enfrenta la economía de la eurozona. Entre ellos, las tensiones comerciales, el Brexit o la deuda italiana.

Además, el FMI insta a países como Alemania y Holanda, que son los que cuentan con mayor margen de superávit comercial, a que pongan de su parte para apoyar la recuperación.

Previsiones

En sus estimaciones, el FMI ve un crecimiento del 1,2 por ciento en la zona euro para este año y del 1,4 por ciento para el que viene. Además, espera que los precios se mantengan por debajo del objetivo del BCE del entorno del 2 por ciento al menos hasta 2022. De hecho, calcula un aumento de los precios este año de un 1,3 por ciento. Este último punto hace al organismo mostrarse convencido de que es necesaria una expansión monetaria prolongada en el tiempo.