La reunión de la Reserva Federal sigue dejando huella en el mercado, no tanto por el inicio esperado del tapering. Sino, más bien, por el mensaje que lanzaron acerca de la inflación y las previsiones. El mercado esperaba, como así ocurrió, un primer paso hacia la retirada de estímulos. De esta manera, la Fed anunció […]
BolsasLa reunión de la Reserva Federal sigue dejando huella en el mercado, no tanto por el inicio esperado del tapering. Sino, más bien, por el mensaje que lanzaron acerca de la inflación y las previsiones. El mercado esperaba, como así ocurrió, un primer paso hacia la retirada de estímulos. De esta manera, la Fed anunció un plan para reducir las compras en 15.000 millones de dólares pasando de los 120.000 actuales a los 105.000.
“La decisión de reducir las compras se había anunciado antes de la reunión, ya que la Reserva Federal se unió a los otros grandes bancos centrales de los mercados desarrollados, incluidos el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá, para sentar las bases de la retirada de la política acomodaticia desplegada en respuesta a la pandemia. El hecho de no comprometerse con un calendario específico de retirada ha dado a la Reserva Federal cierta flexibilidad para ajustar el ritmo de las compras en 2022”, explica Anna Stupnytska, Economista Global – Fidelity International.
Pero, aunque la noticia principal está en este inicio del tapering, que parece que concluirá en junio de 2022, lo que más ha sorprendido a los expertos es la visión acerca de la inflación. La Fed ha insistido en el carácter transitorio de la misma, añadiendo un toque de paciencia. Sin embargo, la institución no espera que los niveles de inflación – en Estados Unidos ya es el del 5,4% en 2021 – bajen hasta el segundo o tercer trimestre del próximo año. Es importante esta ampliación en el plazo, sobre todo teniendo en cuenta que en el primer trimestre de 2021 aseguraron que la inflación iría bajando a finales de este mismo año, algo que no ha ocurrido.
“El tono del presidente Powell fue en general dovish, ya que reiteró en gran medida la narrativa transitoria para la inflación, dando a entender que la Fed será “paciente” y que las discusiones sobre el despegue son prematuras”, comentan desde Federated Hermes. El presidente de la Fed explicó que su caso base contempla que “la inflación comenzará a descender en el segundo o tercer trimestre del próximo año y, con el fin de la QE a mediados de 2022, el despegue tendrá lugar probablemente en algún momento del segundo semestre de 2022”.
Los factores que afectan a los precios son “previsiblemente” transitorios. “Por lo tanto, los responsables de la política monetaria están menos seguros de que la alta inflación no persistirá. Powell considera que todavía hay margen de mejora en el frente del empleo, aunque los salarios han repuntado con fuerza en el tercer trimestre. En esencia, la Fed se está arriesgando con la inflación y los mercados reconocen que tendría que actuar de forma aún más convincente si la inflación no se desacelera”, comenta Axel Botte, estratega global de Ostrum AM.
Lo cierto es que, pese al mensaje de calma lanzado por Jerome Powell, la incertidumbre sobre el futuro es creciente. “Es probable que los próximos meses pongan a prueba la paciencia de sus miembros, y vemos un riesgo significativo de que las expectativas de subidas de tipos de la Fed se adelanten aún más cuando se publiquen las próximas proyecciones económicas de la Fed en diciembre”, comentan Tiffany Wilding y Allison Boxer, economistas de PIMCO.
Precisamente, las posibles subidas de tipos en 2022 es lo que más inquieta a los mercados, que no saben si se terminarán produciendo o no. Lo que es una realidad es que “el mercado empieza a descontar una posible subida del tipo de intervención en junio 2022 y otra en diciembre 2022. Es posible que la Fed se tome con calma la subida de tipos, como ya hizo al anunciar el tapering en 2013 y retrasar la primera subida al 2015”, comenta Hernán Cortés, socio de Olea Gestión y cogestor del fondo Olea Neutral.
Sin embargo, en la actualidad, el mercado laboral sigue siendo débil y no es en absoluto el momento de pensar en subir los tipos. Así lo trasladó Powell, en parte, echando atrás las expectativas del mercado de que la primera subida de tipos se produzca ya a mediados de 2022, seguida de otra antes de finales de año. “La paciencia sigue siendo necesaria y la Fed sigue centrada en el empleo del mercado laboral”, concluye Paolo Zanghieri, economista senior, Generali Investments.
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