En 2021, el mercado de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (GSS) creció hasta superar los 1,8 billones de euros, y el mercado de bonos verdes superó el simbólico hito de 1 billón de euros en septiembre. Es probable que este crecimiento se mantenga en el próximo año, con un aumento del 35% en la […]
En 2021, el mercado de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (GSS) creció hasta superar los 1,8 billones de euros, y el mercado de bonos verdes superó el simbólico hito de 1 billón de euros en septiembre. Es probable que este crecimiento se mantenga en el próximo año, con un aumento del 35% en la emisión de bonos verdes, hasta alcanzar unos 600.000 millones de euros. Este fuerte crecimiento se verá impulsado por las emisiones de la UE, pero los Estados Unidos y los mercados emergentes también empezarán a ganar cuota de mercado en los bonos verdes en el próximo año.
Bram Bos, gestor principal de la cartera de bonos verdes de NN Investment Partners ha señalado: “Tenemos claro que el momento de crecimiento de los bonos verdes no hará más que acelerarse en los próximos años. Este crecimiento está impulsado tanto por la demanda de los inversores como por la de los reguladores y los responsables políticos que pretenden alcanzar los objetivos de reducción de la huella de carbono. NN IP ha sido pionera en el mercado de bonos verdes, ofreciendo cuatro fondos de bonos verdes específicos”.
En 2021 se produjo una oleada creciente de demanda de opciones de renta fija sostenible. El mercado de bonos verdes creció 440.000 millones de euros hasta alcanzar los 1,1 billones de euros (en noviembre de 2021, fuente Bloomberg). Los bonos sociales también experimentaron un fuerte crecimiento, pasando de 189.000 millones de euros a 370.000 millones de euros (hasta noviembre de 2021, fuente Bloomberg), mientras que los bonos de sostenibilidad (que financian una combinación de proyectos verdes y sociales) se duplicaron con creces, con un aumento de 162.000 millones de euros a 303.000 millones de euros (hasta noviembre de 2021, fuente Bloomberg).
Uno de los principales factores que apoyaron las emisiones en 2021 fue el “rebote” de las emisiones pospuestas en 2020 debido a la pandemia del virus Covid-19 y la consiguiente perturbación de los mercados de bonos. Sin embargo, los mercados también se vieron respaldados por el debut de las emisiones de bonos verdes soberanos por parte de gobiernos como Italia, España y el Reino Unido. La introducción de la Taxonomía de la UE, que define criterios verdes claros para una serie de sectores, fue importante para fomentar la inversión. Y lo que es más importante, la UE empezó a emitir bonos verdes para apoyar el programa de recuperación NextGenerationEU.
Bos continúa indicando: “Creemos que el crecimiento en 2022 se verá impulsado por varios factores. En primer lugar, el aumento de la aplicación de la normativa relacionada con las finanzas sostenibles es un factor que contribuirá positivamente al crecimiento del GSS. En segundo lugar, el programa de bonos verdes de la UE, que se puso en marcha en octubre de 2021, influirá, ya que esperamos que las emisiones de la UE se sitúen entre 50.000 y 75.000 millones de euros. Por último, la financiación sostenible se está extendiendo a más partes del mundo. En el pasado, Europa ha sido el centro del mercado de GSS, pero esperamos que los Estados Unidos y los mercados emergentes ganen cuota de mercado en 2022”.
En cuanto a la regulación, los gobiernos están asumiendo progresivamente mayores compromisos para mejorar las prácticas medioambientales.
Ahora hay 70 países, que representan dos tercios de las emisiones mundiales de carbono, con objetivos netos de cero, que deben cumplirse para 2050. La COP26 introdujo nuevos objetivos en materia de biodiversidad, carbón y emisiones de metano. Todas estas iniciativas deberían en última instancia, deberían reflejarse en un cambio normativo. Las empresas deben esperar que los inversores pregunten más específicamente sobre su seguimiento de la deforestación, los planes de eliminación de los combustibles fósiles y las exclusiones.
El factor más fuerte en los mercados de bonos verdes en 2022 será probablemente la emisión de la UE. La UE se ha comprometido a emitir hasta 250.000 millones de euros en bonos verdes para apoyar el fondo de recuperación de la pandemia del bloque. Es probable que la emisión de bonos verdes de la UE aumente el año que viene entre 50.000 y 75.000 millones de euros con respecto a los niveles de 2021 (Bloomberg), pero el total podría superar esta cifra de- pendiendo de la velocidad de emisión de la UE.
Es probable que la emisión de bonos sociales aumente en 75.000 millones de euros desde la emisión de 2021 hasta 250.000 millones de euros en 2022 (Bloomberg). Pero es probable que el crecimiento a largo plazo se vea limitado, ya que sin una taxonomía social de la UE, los emisores corporativos tendrán dificultades para definir los usos elegibles de los ingresos. En la actualidad, esta taxonomía se encuentra en fase de borrador. Se espera que la emisión de bonos de sostenibilidad aumente en 105.000 millones de euros desde los niveles de 2021 hasta los 250.000 millones de euros (Bloomberg), pero las cuestiones sobre la definición también son un problema en este caso.
Varios países de mercados emergentes (Chile, Egipto e Indonesia) han intensificado sus esfuerzos y han emitido bonos verdes, sociales y sostenibles. Con el rápido crecimiento del mercado en este espacio, los inversores disponen de más diversificación y opciones para recompensar esos esfuerzos.
Bos afirma que un sector en evolución requiere un enfoque en evolución: “Una normativa nueva y más detallada, como la SFDR, requiere la recopilación de más datos y un diálogo regular con los emisores para normalizar y garantizar la calidad de los datos de impacto que divulgamos. Estamos innovando con el uso de la tecnología, incluida la inteligencia artificial, para apoyar la evaluación de los datos de los bonos verdes del emisor y la información más amplia. Esto nos ayuda a evaluar la alineación de un emisor con un escenario de 1,5C y su impacto en una amplia gama de factores ambientales y sociales.
“Contar con recursos dedicados que entienden los requisitos políticos y técnicos para los emisores y que pueden proporcionar orientación a los emisores sobre lo que se espera de las divulgaciones aumenta la calidad y la transparencia del análisis.”