Pese a que la guerra en Ucrania ha repercutido de forma clara en la economías de occidente ante el encarecimiento de las fuentes de energía, desencadenando altas tasas de inflación, lo cierto es que el país de Putin también atraviesa momentos complicados para su economía y sus finanzas debido a las sanciones impuestas desde los […]
BolsasPese a que la guerra en Ucrania ha repercutido de forma clara en la economías de occidente ante el encarecimiento de las fuentes de energía, desencadenando altas tasas de inflación, lo cierto es que el país de Putin también atraviesa momentos complicados para su economía y sus finanzas debido a las sanciones impuestas desde los EEUU y los aliados de la OTAN.
Y es que la invasión de Ucrania por parte de Rusia está trayendo problemas al atacante a la hora de afrontar su crecimiento económico y su pago de deuda externa.
Pese a que el país de Putin no tiene una gran dependencia de la deuda externa, lo cierto es que las sanciones occidentales estarían afectando en gran parte a su economía. Tanto es así que ahora los mercados están muy atentos a si la ex potencia soviética podrá hacer al pago de la misma.
Lo último que sabemos es que la agencia Reuters informaba este martes que el Banco Central de Rusia suspendía temporalmente la publicación de los datos de la deuda externa. “El Banco de Rusia suspende temporalmente la publicación de datos trimestrales sobre el calendario de pagos de la deuda externa de la Federación Rusa”, dijo el regulador en un mensaje en su página web.
Así, y viendo la complicada situación de su sistema financiero, cabe recordar que semana pasada, el banco central suspendió ya temporalmente la publicación de datos sobre comercio exterior con carácter mensual, la primera suspensión de este tipo desde el año 1997.
El martes sin embargo, su ministro de Economía indicó que “la situación del sector financiero es estable” e indicó que el tipo de cambio del rublo está justificado. Y concretaba: “esperamos una desaceleración sustancial de la inflación”.
Por su parte, Andrew Stanners, investment director de abrdn, concreta que mientras continúa la invasión rusa de Ucrania, Rusia corre ahora un serio riesgo de incumplir con el pago de su deuda. “Han pasado 24 años desde el último impago en rublos del país, una situación que desencadenó una crisis que conmocionó al mundo financiero. El rublo se desplomó, la inflación en Rusia alcanzó el 86% y, en general, el default contribuyó a la quiebra de una serie de hedge funds altamente apalancados. Sin embargo, lo más importante es que la crisis provocó la dimisión de Boris Yeltsin y la sucesión de su primer ministro, Vladimir Putin”, explica.
Y añade sobre la situación actual: “Las sanciones impuestas a Rusia por la invasión de Ucrania corren el riesgo no sólo de provocar un impago en rublos, sino también en divisas extranjeras. La última vez que se produjo un evento de este tipo fue en 1917, cuando el nuevo gobierno bolchevique se negó a aceptar la responsabilidad de las deudas del zar. Antes del conflicto de Ucrania, Rusia era un país cuya deuda tenía una calificación de grado de inversión, con un bajo nivel de endeudamiento y altas reservas de oro. Por eso, un impago afectará sin duda a las pensiones y carteras de todo el mundo. También dejará a Rusia fuera de los mercados financieros y empujará al país a una profunda recesión y a una probable crisis económica”.
Para Stanners, los impagos de la deuda corporativa podrían tener un impacto aún mayor que un default de la deuda pública. “Las sanciones se están endureciendo y las reservas internacionales son el principal objetivo. Hay una postura cada vez más restrictiva sobre los pagos de bonos de cualquier reserva rusa depositada en bancos estadounidenses y las sanciones están impidiendo que las empresas rusas realicen pagos de cupones a los tenedores de bonos. De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido afirmó recientemente que Rusia ya no puede acceder al 60% de sus enormes reservas de 604.000 millones de dólares en moneda extranjera”.
Así, y aunque el experto incide en que el futuro de esta guerra sigue sin estar claro, explica que todavía queda camino por recorrer para frenar por completo la economía rusa, sobre todo por la complejidad que supone desligar a Europa de su relación con el petróleo y el gas. Sin embargo, explica que “no cabe duda de que, si el conflicto continúa, los retos técnicos para que las empresas rusas y el Estado paguen a los tenedores de bonos serán muy elevados. De hecho, las agencias de calificación, como S&P, sitúan los ratings de la deuda en divisas extranjera y en moneda local en un CC de “alta vulnerabilidad” al impago de la deuda”.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en palabras de su economista jefe Pierre-Olivier Gourinchas, sugería este martes que el endurecimiento de las sanciones occidentales contra Rusia provocará una una nueva y significativa caída de la producción económica rusa de hasta un 17% para 2023.
Además, el organismo hacía hincapié en su rueda de prensa en que la previsión actual del Fondo es de una contracción del 8,5% del PIB ruso para 2022. “Las sanciones ya tienen un impacto muy significativo en la economía rusa y podrían tener un impacto aún mayor si se endurecen más”, concretó el experto, tal y como recogen desde la agencia de noticias Reuters.
Tal y como señala David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders, los impagos de la deuda soberana de los mercados emergentes siempre plantean preguntas sobre el contagio a otros mercados, pues en el pasado, “los impagos hicieron que las crisis se extendieran por Latinoamérica en la década de los 80, por Asia en la década de los 90 y por Europa Central y del Este en la década de 2000. Asimismo, ha habido otros ejemplos de contagio, como el que se produjo tras la crisis del rublo ruso en 1998”.
Sin embargo, y pese a que la probabilidad queda abierta, para el experto de la gestora parece poco probable que un impago de Rusia desencadene una ola de otras crisis crediticias debido a que, tal y como matiza, “cualquier impago por parte de Rusia se debería a las sanciones que le impiden realizar pagos y no a problemas económicos. Además, en los últimos años, otros mercados emergentes no han acumulado factores externos adversos como los que precedieron a las anteriores crisis regionales”.
Y añade: “La mayoría de los mercados emergentes se han mostrado bastante sólidos en los últimos meses, ya que las positivas posiciones exteriores y las subidas de los tipos de interés han servido para protegerlos de las circunstancias internacionales. Dicho esto, es probable que el endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global, como consecuencia del ajuste de la Reserva Federal estadounidense y el menor apetito por el riesgo debido a la situación en Ucrania, tengan un cierto impacto negativo en la capacidad de los mercados emergentes para acceder a la financiación externa y cumplir con las obligaciones pendientes”.
Para Rees, una forma de identificar los mercados que podrían tener dificultades es observar la proporción de la deuda externa a corto plazo, es decir, todo el servicio de la deuda, pública y privada, denominada tanto en divisa extranjera como local, que se debe a los inversores extranjeros en los próximos 12 meses, como proporción de las reservas de divisas (FX).
“Esta medida ayuda a identificar los mercados emergentes en los que existen posibles problemas de liquidez, normalmente cuando la deuda externa a corto plazo supera el nivel de las reservas de divisas”, aclara.
Así, y tal y como se puede ver en el siguiente gráfico, Rusia está en el extremo derecho. “asta que se congelaron sus reservas y se impusieron las sanciones, Rusia tenía una posición exterior extremadamente fuerte. La deuda externa a corto plazo representa sólo un 10% de las reservas de divisas, mientras que la deuda externa total de Rusia es sólo el 75% de las reservas”, argumenta.
“Hay unos cuantos países en los que la deuda externa a corto plazo supera el nivel de las reservas de divisas y éstos son vulnerables al impago en el entorno actual. Sri Lanka tiene claramente la peor situación de deuda externa desde este punto de vista, seguida de Túnez y Bielorrusia, país que también puede verse afectado por las sanciones.La mala noticia es que las frágiles posiciones exteriores probablemente empeorarán a medida que los altos precios de las materias primas deterioren las balanzas comerciales. Sri Lanka y Túnez ya están negociando con el FMI para obtener ayuda financiera y es posible que otros se vean obligados a seguirles”, concreta.
Fuente: Schroders
El experto llama a la calma desde el punto de vista inversor. “La buena noticia desde el punto de vista de la inversión es que estos países son mercados fronterizos relativamente pequeños y que los impagos están, al menos parcialmente, descontados en los mercados.Por ejemplo, suponiendo una tasa de recuperación del 40%, los diferenciales de los bonos en moneda fuerte ya tienen en cuenta una probabilidad de impago del 20-40% en muchos mercados fronterizos”, indica tal y como vemos en el gráfico siguente.
Fuente: Schroders
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