Durante los últimos meses se ha hablado largo y tendido sobre el repunte de la inflación, que está tocando máximos tanto en Europa como en Estados Unidos debido a la reapertura económica, a los problemas de suministro y al repunte de los precios de las materias primas, entre otros motivos como la gran cantidad de […]
BolsasDurante los últimos meses se ha hablado largo y tendido sobre el repunte de la inflación, que está tocando máximos tanto en Europa como en Estados Unidos debido a la reapertura económica, a los problemas de suministro y al repunte de los precios de las materias primas, entre otros motivos como la gran cantidad de masa monetaria que los bancos centrales han inyectado en el mercado. Sin embargo, se habla menos de la estanflación, pero es un fenómeno que preocupa de igual manera, o incluso más.
La estanflación se define como aquel periodo económico en el que el crecimiento es pobre, pero los precios suben. “Se suele generar, normalmente, por haber un aumento abrupto de las materias primas que llevan a que la economía se desacelere. O que la política monetaria provoque que los precios se eleven y el crecimiento sea pobre”, explica Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis. “Debemos prestarle atención porque los consumidores salen muy perjudicados, ya que pierden poder adquisitivo. A nivel inversor, los sectores que se llaman de renta de posición y los sectores que tienen más cercanía a los gobiernos sufren por la actividad que llevan a cabo los mismos”, comenta. Sin embargo, Lacalle señala que no es un escenario base, pero sí es un riesgo que tener en cuenta.
Lo cierto es que esta situación es la que se vivió en los años 70 del siglo pasado cuando daba la paradójica situación, caracterizada por unas tasas de inflación y de desempleo persistentemente altas. “El mercado laboral estadounidense continúa recuperándose, por lo que el crecimiento podría acercarse a su potencial próximamente, haciendo que las presiones inflacionarias se vuelvan más persistentes de lo que algunos desearían”, explican desde DWS. Además, desde la gestora también apunta que no parece probable que los problemas con las cadenas de suministro mundiales se prolonguen durante años, como ocurrió entonces con el petróleo. Los sindicatos han perdido poder. Los estímulos fiscales ya se están retirando.
Lo cierto es que cada se habla más de estanflación porque la propia Reserva Federal pronostica un crecimiento económico cada vez más débil. “Podríamos ver en los próximos meses que la economía estadounidense se desacelere, incluso amenazando con una nueva recesión y que mientras tanto el IPC siga presionando hacia arriba”, añade Pablo Gil, analista de XTB. Según el experto, indica que hay inflación en activos financieros, inflación en la vivienda, inflación en alimentos e inflación en materias primas. “Si no se traslada esto a los salarios se pierde capacidad de compra y de inversión, por tanto se desacelera la economía”, explica Gil.
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