Con el comienzo de 2022, el riesgo geopolítico ha pasado a primer plano, ya que las tensiones entre Rusia y Ucrania y Occidente se han intensificado. Los acontecimientos han dado un giro triste e inesperado esta semana, ya que las esperanzas de una resolución diplomática se han desvanecido, y en la madrugada del jueves Rusia […]
BolsasCon el comienzo de 2022, el riesgo geopolítico ha pasado a primer plano, ya que las tensiones entre Rusia y Ucrania y Occidente se han intensificado. Los acontecimientos han dado un giro triste e inesperado esta semana, ya que las esperanzas de una resolución diplomática se han desvanecido, y en la madrugada del jueves Rusia lanzó una invasión militar a gran escala sobre Ucrania.
Esta crisis sigue desarrollándose y es imposible sacar conclusiones firmes sobre el desarrollo de los acontecimientos. Hay una gran preocupación por el impacto humanitario, pero lamentablemente las perspectivas de desescalada a corto plazo se han desvanecido. Esto afectará a millones de personas.
Dando un paso atrás, está claro que habrá importantes consecuencias a nivel mundial. Se sigue filtrando nueva información y se están preparando sanciones adicionales desde Occidente. A continuación, analizamos la dinámica actual, revisamos los posibles escenarios y evaluamos las implicaciones para los mercados.
Reconocimiento de las regiones separatistas e invasión de Ucrania
En la madrugada del 24 de febrero, el presidente Putin anunció una importante operación militar en Ucrania. Se calificó como un esfuerzo para defender a la población de dos regiones separatistas del este de Ucrania: Donetsk y Luhansk. Sin embargo, la incursión no sólo se ha extendido a estos territorios en disputa. Rusia ha lanzado una invasión militar a gran escala en Ucrania.
Las tropas rusas se han concentrado en su frontera con Ucrania en los últimos meses. Las fuerzas rusas también se han posicionado en la frontera de Bielorrusia con Ucrania, así como en Transnistria, una región escindida de Moldavia que cuenta con el apoyo de Rusia. Desde ayer, junto con las fuerzas rusas en Crimea y el Mar Negro, estas fuerzas han lanzado ataques contra objetivos en toda Ucrania.
Estos movimientos se han producido tras la decisión del presidente Putin de reconocer oficialmente la independencia de Donetsk y Luhansk a principios de esta semana. Ambas regiones permanecen en un estado de guerra civil desde 2014, y ni los separatistas ni las fuerzas gubernamentales ucranianas tenían el control total sobre ellas. Rusia anunció que reconocerá estas regiones en su totalidad.
Rusia se opone y se ha opuesto firmemente a la expansión de la OTAN en países que considera dentro de su esfera de influencia. Uno de los principales temas de discordia ha sido el compromiso constitucional de Ucrania de ingresar en la OTAN en 2019. Rusia ha estado buscando una revocación de este compromiso por parte de Ucrania, o un compromiso de la OTAN de no admitir a Ucrania.
Las negociaciones diplomáticas han fracasado hasta ahora, y el camino hacia la desescalada parece complicado. Abandonar el interés de Ucrania por ingresar en la OTAN siempre fue políticamente difícil para el presidente Zelensky, mientras que Occidente se mostraba receloso de hacer caso a las exigencias del Kremlin. Dado el grado de agresión rusa de la noche a la mañana, no parece probable que ninguna de las dos posturas cambie por el momento.
Estados Unidos y otros aliados occidentales anunciaron nuevas sanciones a Rusia en respuesta al reconocimiento de las regiones separatistas del este. Las medidas eran de naturaleza relativamente limitada, pero ahora se está trabajando en sanciones más severas, de las que esperamos los detalles. A continuación, un resumen de lo anunciado esta semana:
Las sanciones de EE.UU. incluyen medidas contra dos bancos rusos, la ampliación de las restricciones sobre la negociación de deuda soberana y sobre un grupo de particulares. También ha prohibido a los ciudadanos estadounidenses invertir, negociar o financiar a las regiones separatistas.
Las sanciones de la UE se dirigen a 351 parlamentarios rusos que votaron a favor del reconocimiento de las regiones separatistas, así como a 27 personas y entidades rusas que el bloque considera que están desempeñando un papel clave en relación con las actuales acciones hacia Ucrania.
El Reino Unido ha sancionado a cinco bancos rusos y ha congelado los activos de tres ciudadanos rusos. Además, Alemania ha suspendido el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, que discurre entre Rusia y Alemania.
Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders: “Se espera que la respuesta en forma de sanciones por parte de Occidente sea contundente, pero es difícil calibrar el impacto hasta que veamos su alcance total. También hay incertidumbre respecto a la respuesta rusa a las sanciones. Estas pesarán en el crecimiento futuro, aunque Rusia es una economía relativamente difícil de castigar, ya que no depende del capital extranjero, es un acreedor externo neto, tiene necesidades de financiación externa netas negativas, una política fiscal disciplinada, un reducido endeudamiento público y una política monetaria ortodoxa. Además, Rusia es un importante exportador de petróleo, gas, metales industriales, metales preciosos, fertilizantes y materias primas blandas como los cereales. Las exportaciones rusas en estas categorías representan a menudo una parte significativa del suministro mundial.
Las sanciones que afectan al comercio pueden producir un aumento de los precios de las materias primas a nivel mundial, lo que provocaría una estanflación y causaría problemas económicos. Esto puede resultar especialmente grave para Europa, dada su dependencia del gas ruso. La amenaza de sanciones no parece haber disuadido la incursión rusa. Sin embargo, una invasión puede impulsar una respuesta por parte de Occidente más sólida y sostenida de lo esperado. Puede ser que la OTAN haya redefinido sus objetivos y que la intervención rusa desencadene un notable aumento de la presencia de la OTAN en Europa del Este”.
David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders: “Desde una perspectiva global, la atención se centrará en el impacto del aumento de los precios de las materias primas y en la inflación. Ya hemos visto una muestra de lo que ocurrirá con los precios de la energía, pero el impacto en los precios de las materias primas puede ser más amplio, dada la importancia de Rusia en este ámbito.
La inflación ha sido un tema importante para los inversores. Hemos previsto una moderación de la presión inflacionista este año, pero es probable que los niveles de inflación por encima del objetivo persistan más tiempo y, de hecho, podrían subir a corto plazo. Aunque todavía creemos que se producirá cierta moderación, una inflación más sostenida perjudicará al crecimiento.
La última vez que publicamos las previsiones globales en noviembre, situábamos el precio del petróleo en los 100 dólares en un escenario de crisis, pero puede que tengamos que revisar estas previsiones. 120 dólares podría ser el nuevo precio objetivo en este escenario, pero podría subir aún más y eso tendría un mayor impacto en el crecimiento. Tenemos que esperar a contar con mayor claridad. Los mercados son volátiles y la incertidumbre es extremadamente alta”.
La renta variable rusa, medida por el índice MSCI Russia, ya arrastraba una caída superior al 24% en dólares estadounidenses desde comienzos de año y hasta el 23 de febrero. El martes se produjeron severas ventas, con el índice MOEX de Rusia bajando más de un -30%, y el rublo ruso descendiendo un -8,5% frente al dólar estadounidense. El rendimiento del bono soberano de Rusia a 10 años ha subido al 10,69%, su nivel más alto desde 2015. La moneda ucraniana, la hryvnia, cayó antes de ayer más de un 9%, antes de que se suspendiera su cotización.
La renta variable europea y asiática también cayeron. Mientras tanto, el crudo Brent subió alrededor de un 7% hasta superar los 104 dólares por barril, su nivel más alto desde 2014. La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años ha aumentado hasta el 1,93%, mientras que el índice del dólar subió ayer un 1,2%.
El reconocimiento por parte de Rusia de estas regiones separatistas y la posterior invasión de Ucrania frena casi cualquier posibilidad de que se aplique el acuerdo de Minsk II. Este fue el protocolo firmado allá por 2015, que, aunque no puso fin al conflicto en estas regiones, se estableció como base para una resolución.
La desescalada parece ahora aún más complicada. La incertidumbre ha aumentado y el riesgo de una nueva escalada es palpable. Las sanciones occidentales se están intensificando y la respuesta de Rusia será observada de cerca. El riesgo de una incertidumbre más prolongada es alto.
Johanna Kyrklund, CIO y responsable de inversiones de Schroders: “La principal fuente de incertidumbre es cómo reaccionarán Ucrania y las potencias occidentales. Se supone que la respuesta se materializará en forma de endurecimiento de las sanciones. Pero también está la cuestión de si en algún momento Occidente estará dispuesto a intervenir militarmente.
Por otro lado, más allá del impacto del riesgo geopolítico en las primas de riesgo, el principal mecanismo de transmisión económica es a través de los precios de la energía. Esto plantea retos particulares para Europa, dada su dependencia de la energía rusa, tiene implicaciones perjudiciales para el crecimiento y complica el panorama para el Banco Central Europeo”.
Dorian Carrell, gestor de fondos multiactivos de Schroders: “La magnitud de las operaciones militares supone una escalada que los mercados no esperaban. Es probable que se den una serie de pasos. En primer lugar, se impondrán nuevas sanciones por parte de Occidente. También esperamos que Rusia responda a esto de alguna manera. Teniendo esto en cuenta, y dado que los objetivos militares finales de Rusia aún no están claros, no creemos que se haya alcanzado el punto máximo de incertidumbre. De hecho, podrían continuar las tensiones en el mercado y persistir la volatilidad”.
Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders: “La invasión de la noche a la mañana ha provocado una fuerte tensión en los mercados. A corto plazo, la incertidumbre seguirá siendo elevada y, en consecuencia, es probable que se mantenga elevada la prima de riesgo de los activos rusos. Estamos a la espera de los detalles sobre las sanciones adicionales de Occidente, y de la respuesta por parte de Rusia. La situación en Ucrania es grave, pero seguimos centrados en tomar decisiones racionales, basadas en las informaciones que se vayan conociendo”.