Desde los mínimos del 23 de marzo, los activos de riesgo han mostrado una clara recuperación “con subidas de la renta variable y los bonos estadounidenses de un 35% y 15%, respectivamente”, como recuerda Mona Mahajan, estratega de inversión de Estados Unidos de Allianz Global Investors. Desde mediados de mayo el liderazgo en el principal […]
BolsasDesde los mínimos del 23 de marzo, los activos de riesgo han mostrado una clara recuperación “con subidas de la renta variable y los bonos estadounidenses de un 35% y 15%, respectivamente”, como recuerda Mona Mahajan, estratega de inversión de Estados Unidos de Allianz Global Investors. Desde mediados de mayo el liderazgo en el principal mercado del mundo ha sido para sectores cíclicos como el industrial, las finanzas o la energía, frente a una recuperación inicial dominada por los sectores que se veían como “ganadores” en la crisis, como la tecnología y la atención sanitaria. Una realidad -con algún susto en medio en los mercados- muy centrada en la pandemia y sus aristas y que ha dejado de lado otros aspectos que los inversores no deben perder de vista.
Quizás las complicadas relaciones entre China y EE.UU. nunca se hayan ido del todo del primer plano, porque pocas semanas se firman sin polémica de algún tipo en medio de la guerra de declaraciones que mantienen ambas potencias. Sin embargo, otros asuntos se han degradado de categoría, caso del tema Brexit o de las elecciones en EE.UU. Y su importancia es capital. De ahí que José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, señale que han moderado el riesgo en sus carteras debido a este tipo de temas que se están obviando, lo que unido a la corrección a la baja de los resultados empresariales, les pone en situación de alerta.
Foco en las elecciones estadounidenses
Tal y como destacan desde la gestora Edmond de Rotchchild AM, Trump ha perdido apoyos últimamente en las encuestas sobre intención de voto en las presidenciales de noviembre. Joe Biden gana terreno de cara a llegar a la Casa Blanca y a que los demócratas retengan el control de la Cámara de Representantes. “La gestión de la crisis por parte de Donald Trump también ha hecho que el apoyo entre los propios republicanos caiga a sólo un 40%”, apuntan. En suma, el actual presidente buscará éxitos de manera desesperada y China se erige como blanco “fácil”, por lo que los próximos meses van a ser más imprevisibles que nunca. “De aquí a noviembre, anticipamos cada vez más ruido y volatilidad en el mercado a medida que se calienta la campaña electoral de EE.UU”, comenta Fabrice Jacob, CEO JK Capital Management del grupo La Française.
Desde esta firma ven toda la retórica de Trump respecto a China como una táctica electoral, porque si Trump quisiera “infligir un verdadero daño a China, en nuestra opinión, solo tendría una decisión que tomar: suprimir a todos los bancos chinos del sistema del dólar americano”. Jacob considera que “esto tendría un impacto catastrófico en China y en su economía y lo más probable es que desencadenara una crisis mundial, si no una verdadera guerra”.
A día de hoy, está claro que el Covid-19 ha puesto patas arriba también la carrera hacia la Casa Blanca. Trump se enfrenta a la emergencia sanitaria, a la crisis económica y a una social, pero aún quedan cinco meses y en este periodo pueden pasar muchas cosas. De ahí que Bruno Cavalier, Economista jefe de ODDO BHF, ponga sobre la mesa una serie de factores a tener en cuenta. Primero, ¿se olvidará la gestión de la emergencia sanitaria para entonces si la pandemia se controla? Segundo, ¿seguirá el desempleo en un nivel tan elevado después del verano como para ser un factor clave para los votantes? Y tercero: ¿servirá la estrategia de ataque a China para desviar el foco de una campaña más centrada en temas sociales, como preferiría Joe Biden?
En todo caso, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, recuerda que “el que piense que los demócratas van a ser menos proteccionistas y que tendrán mayor apoyo a China tienen un problema con la historia”. Recuerda que fue Biden quien puso aranceles a los paneles solares chinos, de modo que un eventual cambio en la administración estadounidense no cree que vaya a suponer un giro significativo en las relaciones con el gigante asiático. Lacalle es cauteloso sobre las presidenciales y señala, pese a todo, que lo clave para la bolsa estadounidense es “la demanda de dólares mundial y la recompra de acciones” y “ninguno de estos dos factores va a estar negativamente afectado en esta crisis”.