El oro es uno de los activos que mejor están funcionando, desde hace un año ha subido más de un 25% y se encuentra actualmente en máximos nunca vistos desde el año 2012. Cabe señalar que aquel curso fue especilamente volatil para la economía por la fuerte crisis que azotaba a la Eurozona, que incluso […]
El oro es uno de los activos que mejor están funcionando, desde hace un año ha subido más de un 25% y se encuentra actualmente en máximos nunca vistos desde el año 2012. Cabe señalar que aquel curso fue especilamente volatil para la economía por la fuerte crisis que azotaba a la Eurozona, que incluso se temía por una ruptura del euro. Ahora, el repunte del oro llega por la incertidumbre del mercado, pero también por la política que están desarrollando los bancos centrales.
Según el experto Gilles Prince, CIO en Edmond de Rothschild en Suiza, estos son los 7 motivos por los que confiar en el oro.
1. Los tipos de interés
Como el oro es un activo que no ofrece rentabilidad, el nivel actual de los tipos de interés es clave para potenciar su atractivo. Lógicamente, una caída de los tipos reales es un elemento a favor del oro, ya que éste se vuelve relativamente más atractivo en relación con otros activos. Por lo tanto, el oro tiende a apreciarse cuando la inflación aumenta, o cuando los tipos disminuyen. Es por esta razón que el oro se menciona a menudo como una cobertura contra el aumento de la inflación.
2. El dólar
Otra consideración es que el oro es sensible a cambios del dólar estadounidense. Como el oro cotiza en dólares, un debilitamiento del dólar será positivo para el oro. Las virtudes “contra-cíclicas” del dólar representan, sin embargo, vientos en contra en las recesiones mundiales. Hay que destacar que esta sensibilidad es relativa a las variaciones de precio, y no está vinculada a los niveles absolutos de la moneda. La fortaleza mantenida del dólar no es la causa de una mayor apreciación del oro, pero el fortalecimiento adicional del dólar sí que lo es.
3. Los activos refugio
El estatus de refugio del oro se cita a menudo como una de las razones para su atractivo, particularmente en tiempos de crisis financiera. Sin embargo, debemos distinguir dos aspectos: El primero, que el oro está siendo solicitado bajo la presión de los mercados financieros y sirve como valor seguro para que los inversores superen un episodio de volatilidad. Por lo tanto, el oro estabiliza las carteras en una fase de corrección. Este argumento de un activo no correlacionado en períodos de mercado incierto es válido pero sólo hasta cierto punto ya que, como observamos en marzo de 2020, en una situación de “risk-off”, los inversores recolocan sus activos hacia refugios seguros como los bonos soberanos, el oro, el yen japonés o el franco suizo. El oro se mantiene en descorrelación con el mercado y ayuda a amortiguar el golpe, que es lo que vimos en el último trimestre de 2018.
4. Flujos y especuladores
Los flujos financieros, en particular en los ETF, y la posición en los futuros también influyen en los precios del oro. Como se muestra en el gráfico 6, la posición neta de los especuladores sigue de cerca la evolución de los resultados anuales. Es, por tanto, comprensible que los flujos de capital y el sentimiento del mercado, impulsados por el desarrollo de ETFs de oro físico, no deben ser descuidados cuando se construye una visión de futuro sobre los precios del oro.
5. La demanda física de oro
La demanda de oro proviene de joyeros, coleccionistas de monedas, inversores en lingotes de oro, compras del banco central e inversiones de fondos netos y ETF’s. La demanda total se estima en casi 4400 toneladas, y las joyas representan casi la mitad de esa cantidad, principalmente de India y China. En los últimos diez años, la demanda de oro por parte de los bancos centrales ha aumentado de manera más pronunciada, de 79 toneladas en 2010 a 650 toneladas en 2019. El suministro de metal se deriva principalmente de la minería y el reciclaje.
6. Historia y perspectivas
Históricamente, el oro ha estado sujeto a largos periodos de calma interrumpidos por excepcionales períodos de buen desempeño. Los períodos inflacionarios de los años 70 dieron lugar a una fiebre del oro seguida de un largo período de inactividad del metal amarillo, culminando en una larga fase de recuperación del ciclo de las materias primas en los años 2000. La pregunta es si la flexibilización monetaria de los principales bancos centrales – 13 billones de dólares – impulsará un nuevo sistema con tendencia alcista. En cualquier caso, en vista de las cantidades involucradas, esta es una suposición que no debe ser descartada.