Esta desinversión llega en un momento en el que se ha publicado que Telefónica ultima la venta de su sede en Barcelona, que adquiría en 2014 por 130 millones de euros. Y tiene lugar después de haberse desprendido en los últimos meses de la aseguradora Antares (adquirida por Catalana Occidente por 160 millones de euros) o de la venta a Millicom de sus negocios en Centroamérica por 1.455 millones de euros.

La idea con todo ello es reducir el que sigue siendo su gran Talón de Aquiles: una deuda que aún alcanza los 41.785 millones de euros al cierre de 2018. Desde Renta 4 aseguran que se trata de una noticia positiva aunque esperada y otorgan a la compañía una recomendación de sobreponderar con un precio objetivo de 9,2 euros por acción.

Detalles del acuerdo

El pacto alcanzado implica que la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete va a seguir prestando y gestionando los servicios desde esos centros de datos a sus clientes con las mismas condiciones que hasta el momento. De hecho, la operación no incluye la venta de servidores por parte de Telefónica o de sus clientes, ni la gestión y acceso a ellos. Según la operadora, el acuerdo alcanzado le va a permitir “mantener intacta su oferta comercial y el liderazgo en servicios de conectividad y cloud”.

Telefónica espera que la operación pueda estar cerrada en un plazo de dos meses, salvo en el caso de cuatro de esos once centros de datos, que necesitan más trámites administrativos y autorizaciones.

Los centros vendidos por la compañía española están situados en Argentina, Chile, Brasil, EE.UU., México, Perú y España.