Desde que en 2016 Reino Unido se mostrase partidario de dejar la Unión Europea, los mercados no han podido hacer otra cosa que mostrarse muy pendientes de las decisiones del país para con el viejo continente. Y es que aunque los británicos siempre han tenido sus peculiaridades y diferencias con la gran parte de los […]
Desde que en 2016 Reino Unido se mostrase partidario de dejar la Unión Europea, los mercados no han podido hacer otra cosa que mostrarse muy pendientes de las decisiones del país para con el viejo continente. Y es que aunque los británicos siempre han tenido sus peculiaridades y diferencias con la gran parte de los países de la UE, lo cierto es que la decisión de romper con el conglomerado ha preocupado mucho a inversores y mercados.
Así, hemos visto cómo el Brexit se ha convertido en una esencial disputa económica que además, se ha recrudecido aún más en un claro contexto de crisis por la pandemia de Covid-19 que vive el mundo entero.
Diferentes puntos de vista para operar en los mercados
Desde Londres consideran que pese a Brexit, sus bancos y administradores activos pueden seguir usando las bolsas de la Unión Europea para los títulos de sus cotizadas con el fin de, mantener su potencia económica para con el viejo continente y las principales economías mundiales.
Por el contrario, la Autoridad Europea de Valores y Mercados de la Unión Europea (AEVM) señala que a partir del 31 de diciembre y para finalizar este 2020, los inversores únicamente podrán. Operar con las acciones de empresas de países miembros en Londres si lo hacen con su moneda, la libra esterlina.
Los mercados en tiempos de pandemia y con la vacuna acechando
A pesar del optimismo que hemos vivido recientemente en las bolsas mundiales tras el anuncio de Pfizer y su vacuna eficaz, lo cierto es que los índices se han calmado al sopesar la situación del momento presente: rebrotes, altos índices de contagio y nuevos confinamiento o medidas restrictivas.
Así, y ante una realidad que sobrepasa cualquier alegría de un fármaco “milagroso” y venidero, los mercados se han dado cuenta de que la crisis económica continúa muy presente.
Eso sí, parece que las últimas medidas de contención de los países de la zona euro han demostrado ser favorables y, aunque con una décima menos de lo esperado, su PIB se ha disparado un 12,6%. Un porcentaje que, pese a ser un 4,4% más bajo que hace un año, puede aportar algo de luz al túnel derrotista de la Eurozona.
El euro y la libra esterlina frente al dólar
Según informaba el pasado viernes el informe de MONEX EUROPE, mientras el euro se ha ido hundiendo a lo largo de la semana medio punto porcentual en comparación con el comienzo de la misma y frente al dólar, la libra esterlina fue el jueves la segunda divisa más golpeada ante la divisa estadounidense solo por detrás de la corona noruega.
Y es que no parece que la situación en Reino Unido sea la ideal. Ante un panorama donde el Banco de Inglaterra ha mantenido al mínimo de 0,1% sus tipos de interés, el anuncio no demasiado positivo del PIB del tercer trimestre y la llegada al pico más alto de contagios desde que comenzó la pandemia, las negociaciones del Brexit han ido también adoptando un tono bastante negativo.
Un Brexit más “amable” con la salida de Dominic Cummings
Pero pese a que todo lo que rodea a la isla británica parece más gris que idílico, lo cierto es que el pasado viernes la mirada estaba puesta en la dimisión de Dominic Cummings.
Cummings, el asesor jefe del mandatario del país Boris Johnson y un activista clave del Brexit, no solo ha anunciado que dejará su puesto de cara a 2021, sino que su marcha supone un punto de inflexión clave para las negociaciones de Reino Unido con la Unión Europea, reduciéndose el riesgo de Brexit unilateral.
“Citibank destacó que es probable que la libra se recupere con las noticias, ya que ha disminuido la probabilidad de que las negociaciones del Brexit se rompan en lugar de llegar a un acuerdo”, señalan desde MONEX EUROPE, un dato que hasta el momento parece hacerse cumplido desde que el pasado viernes viéramos a la libra subir un tercio de punto porcentual “mientras el resto del G10 lucha contra un dólar más fuerte”.