Los mercados permanecen en situación de alerta constante. Los inversores no pueden relajarse en un contexto de crisis geopolítica, temor a una recesión, volatilidad en el mercado de renta fija, problemas con el suministro de las materias primas, entre una larga lista de factores de incertidumbre. Sin embargo, si hay una preocupación que sobrevuela diariamente […]
Tipos de interésLos mercados permanecen en situación de alerta constante. Los inversores no pueden relajarse en un contexto de crisis geopolítica, temor a una recesión, volatilidad en el mercado de renta fija, problemas con el suministro de las materias primas, entre una larga lista de factores de incertidumbre. Sin embargo, si hay una preocupación que sobrevuela diariamente las jornadas bursátiles y cambia de tono a los selectivos internacionales en cuestión de minutos son los datos de inflación.
En una coyuntura de inflaciones disparadas en la mayoría de países a nivel mundial (8,3% en EEUU, 9,1% en la eurozona, 9% en España, etc.), los bancos centrales no han dudado en sacar su artillería pesada para tratar de contenerlas. Es por ello que la Reserva Federal subió por tercera vez los tipos de interés en su pasada reunión de septiembre situándolos en un rango entre el 3 y 3,25%, un nivel que no se veía desde el 2008. Lagarde siguió también los pasos de la fed, incrementando las tasas en Europa en 75 puntos básicos el pasado 9 de septiembre.
Sin embargo, durante las últimas jornadas los inversores han especulado sobre la posibilidad de que esta tendencia, que el mercado descontaba que se mantendría mínimo durante los próximos meses, podría empezar a cambiar. El mal dato de empleo en EEUU para el mes de agosto, el ISM de producción industrial que conocíamos esta semana y la próxima publicación de unos PMIs -entre otros datos macroeconómicos- que se esperan débiles en el país, podrían inclinar la balanza hacia el optimismo de que Jerome Powell empezara a reducir su postura “hawkish” de las últimas reuniones del banco central.
Las sospechas se han incrementado, además, tras conocerse la última subida de tipos por parte del Banco de la Reserva de Australia (RBA) efectuada esta semana que se limitó a 25 puntos básicos (pb), mostrando cierta cautela por parte de la institución en esta sexta subida consecutiva de tasas.
Pese a las posibles expectativas de los inversores, lo cierto es que los expertos lo tienen claro.
Joaquín Robles, analista de XTB, ha explicado en una entrevista para Dirigentes Digital que “escuchando a cualquier banquero de la Reserva Federal” desaparece todo atisbo de cambio de tendencia en la hoja de ruta. “Van a seguir subiendo los tipos de interés hasta que la inflación remita” ha afirmado Robles, y “son conscientes de que esto va a generar pérdidas de empleo y empeoramiento de las condiciones económicas”, un precio que están dispuestos a pagar.
El analista global macro de Fortage Funds, Rafael Ojeda, ha apostillado que “en Estados Unidos son conscientes de que no pueden permitirse una inflación de un 6 o un 7%, cuando el crecimiento oscila entre el 1,5 y el 2%”. La política monetaria de la fed conducirá a un crecimiento negativo para EE.UU. y cuando eso suceda “aplicarán los estímulos necesarios para que el crecimiento de la economía norteamericana sea superior al 2%” pero será un crecimiento “neto y real”, ha concluido.
Según Olivier de Berranger, director de inversiones y director de gestión de activos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier “el informe de empleo de este viernes en Estados Unidos marcará el camino para la Reserva Federal” aunque, añade, “no creo que hagan un cambio de rumbo sobre mayores alzas de interés si la inflación continúa al alza”.
En lo que respecta al Banco Central Europeo, el camino no dista demasiado de su homólogo americano según los expertos. Florian Späte, estratega de bonos senior, Generali Investments, advierte que se esperan “subidas de tipos muy por encima del 2%” aunque probablemente la zona euro entrará en recesión este invierno. “Solo una marcada caída de las expectativas de inflación y una relajación de la inflación subyacente en las regiones coherentes con el objetivo de inflación a medio plazo del 2% podrían detener antes al BCE”, ha aseverado.
Desde la gestora de activos Schroders atisban que los tipos de interés suban en Europa hasta el 3%, aunque si la economía entra en recesión “el BCE podría detener sus subidas antes”, pero por ahora “el mensaje es claro: se requiere un mayor endurecimiento urgente para reducir el riesgo de que la inflación se incruste en la economía”.