Las operaciones con tarjetas de crédito y débito se incrementaron un 8,54 % en 2014 y acumulan ya doce años de crecimiento consecutivos, según el histórico del Banco de España.
Por el contrario, el número de tarjetas cayó un 1,39 % durante los tres primeros meses del año, debido al discreto incremento del número de tarjetas de crédito y a la reducción del número de tarjetas de débito, que llevan varios años reduciéndose. Actualmente, España tiene alrededor de 67,48 millones de tarjetas en circulación: 43,09 millones son de crédito y el resto, de débito.
Casi todo el mundo dispone de una tarjeta -o de varias- en su cartera. Pero ¿sabemos en qué debemos fijarnos antes de contratar una? ¿O qué ventajas se pueden conseguir?
Interés razonable
Una de las principales ventajas de las tarjetas de crédito es que, como su nombre indica, están asociadas una línea de crédito, algo que tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. La parte positiva es que permiten aplazar el pago de las compras o hacer transferencias del crédito de la tarjeta a la cuenta corriente en caso de necesitar dinero rápido. La parte negativa es que disponer del crédito de la tarjeta es sinónimo de adquirir una deuda con el proveedor del plástico, tal y como advierten desde HelpMyCash.com.
Deuda que tendrá intereses y, en algunos casos, comisiones.
Es por ello que al contratar una tarjeta de crédito, sobre todo si se piensa aplazar el pago de las compras, es importante fijarse en el interés que tiene. El TIN medio suele ser de entre un 20 y un 27 %, aunque se pueden encontrar "plásticos" con intereses por debajo del 20 % como la tarjeta de crédito de ING Direct al 14,06 % TIN. Lógicamente, cuanto menor sea el interés, más barato saldrá el crédito.
Emisión y renovación gratuitas
Otro punto básico a tener en cuenta es el coste de la tarjeta. Muchos bancos o financieras ofrecen sus "plásticos" gratis durante el primer año y luego exigen un gasto mínimo para eximir al titular de la cuota de renovación. Lo ideal es que la tarjeta, tanto la de crédito como la débito, sea gratis año tras año y esté exenta de cuotas de emisión y de renovación.
Devolución en compras
¿Por qué conformarse con una tarjeta gratis y con un interés bajo cuando se pueden conseguir muchas otras ventajas? Hay tarjetas que devuelven una parte del importe de las compras que se abonen con ellas. Algunas tarjetas solo bonifican las compras que se hagan en un sector o en un establecimiento concreto, por ejemplo, las tarjetas de ING Direct devuelven el 3 % de los repostajes en Galp y Shell mientras que la tarjeta de la Cuenta Expansión devuelve el 2 % de las compras en Repsol, Campsa y Petronor. Otras, en cambio, devuelven el importe de todas las compras, sin restricciones, como la Nueva Visa Barclaycard que devuelve el 1 % de todas las compras. Si por ejemplo, gastamos 300 euros mensuales con la tarjeta, cada mes al titular le devolverían 3 euros, es decir, 36 euros al final del año.
Cuidado, porque hay bancos que solo aplican la devolución en las compras aplazadas. Así que lo que se ahorra por un lado se paga por el otro con los intereses. ¿Lo ideal? Que las bonificaciones se apliquen en las compras aplazadas y también en las compras pagadas a fin de mes sin intereses.
Descuentos en comercios
Los descuentos son otra de las ventajas típicas asociadas a las tarjetas. Se pueden conseguir en todo tipo de marcas y servicios, y pueden llegar a ser de hasta el 50 %. La tarjeta de bancopopular-e, por ejemplo, ofrece descuentos en comercios de hasta el 30 %.
Las de ING Direct, gracias al servicio Shopping Naranja, permiten ahorrar en marcas como Amazon, Starbucks, Hotelopia…
Nuevas tecnologías
La tecnología puede hacer que el pago con tarjeta sea más cómodo. Si bien quizá sea el punto al que menos atención se le presta a la hora de contratar una tarjeta, hay características que pueden darle un valor añadido. Un claro ejemplo, muy de moda hoy en día, es la tecnología contactless o sin contacto que permite pagar las compras acercando la tarjeta al datáfono, sin pasar la banda magnética y sin tener que poner el código PIN en las compras inferiores a 20 euros. Eso sí, si se pierde hay que bloquearla cuanto antes, ya que podría ser usada con facilidad de forma fraudulenta.
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