Con la idea de que la tecnología de la información nos permite simplificar cosas complejas, la ingeniera de telecomunicaciones Montse Guardia destaca la “multiculturalidad” y “universalidad” de este sector. A lo largo de su intensa trayectoria profesional, siempre se ha marcado el propósito de generar un impacto positivo en las personas, tratando de priorizar sus […]
Dirigentes Digital
| 27 abr 2021
Con la idea de que la tecnología de la información nos permite simplificar cosas complejas, la ingeniera de telecomunicaciones Montse Guardia destaca la “multiculturalidad” y “universalidad” de este sector. A lo largo de su intensa trayectoria profesional, siempre se ha marcado el propósito de generar un impacto positivo en las personas, tratando de priorizar sus necesidades y mejorar su calidad de vida.
En 2017 dio un paso más hacia el blockchain y participó en la fundación de Alastria, entidad que encabeza desde finales de 2018. Lo que en sus inicios era un conglomerado formado por nueve empresas, en la actualidad está integrada por 550 organizaciones encargadas de fomentar la economía digital, a través del desarrollo de tecnologías de registro descentralizadas.
¿Cómo nos va a cambiar la vida la tecnología blockchain?
Ahora mismo no nos damos cuenta, pero nos va a cambiar mucho. Tal como trabajamos, cuando te conectas al móvil o a los ordenadores siempre te identificas con un login y un password. El mundo de la identidad digital es diferente del que tienes como persona. Ahora mismo, si hacemos cualquier actividad necesitamos acceder a distintos lugares como una compañía de seguros, un banco o una farmacia. Si el blockchain evoluciona como pensamos, en esta tecnología todos esos lugares estarán conectados y la actividad se hará automáticamente sin necesidad de mostrar diferentes credenciales.
¿Cuánto tardaremos en verla en nuestro día a día?
Cada vez somos más rápidos. En tres años de Alastria ya hemos estandarizado una primera versión de la identidad digital y el mundo ahora mismo está viviendo una aceleración de las tecnologías descentralizadas. La pandemia nos ha abierto los ojos de que el mundo digital está para ayudarnos, por eso nuestro reto es que sea usada para poder llegar a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y espero que antes del 2030 esta tecnología sea una realidad y vivamos de forma distinta.
¿De qué forma el blockchain es más seguro que las redes que utilizamos en la actualidad?
La cadena de bloques se programa basándose en lo que llamamos criptografía y se prepara para esconder lo que quieres transmitir. Con lo cual, desde el momento que introduces un dato en el bloque es mucho más seguro porque lo que se transmite en la red no está abierto y no lo puedes conocer a menos que tengas las llaves. Además, nosotros decimos que es una tecnología asimétrica, hay dos llaves y son distintas, una privada para ti y otra para la red.
Lo segundo es que está descentralizada. Cuando emito algo en la blockchain, ese bloque se reproduce y se replica en el resto de ordenadores que forman parte de la red. Si una máquina se desconecta, todas las demás tienen la misma información, por lo que le doy resiliencia y más robustez.
En este sentido, ¿cómo puede ayudar con los bulos que circulan en Internet o incluso con los troles?
Desde Alastria estamos haciendo un proyecto europeo llamado TruBlo, con el objetivo de apoyar ideas innovadoras que precisen investigación y desarrollo, para conseguir que en el futuro quien esté transmitiendo información sea alguien que deba tener unas credenciales. Esto seguramente va a minimizar las fake news y toda esta actitud que hay ahora en el mundo online, porque la identidad digital no te está identificando como una persona. Con la tecnología blockchain viviremos más cerca del mundo real, el mundo físico. Ahora hay mucho trol porque se esconden detrás de etiquetas y no vemos quiénes son.
¿Qué papel juega el uso de los datos personales con el blockchain?
Ahora mismo cuando estamos escribiendo en cualquier aplicación estás confiando en que quien la haya hecho va a securizar y a guardar bien esos datos. Hasta ahora era confiar. A nivel de privacidad del dato es mucho más seguro hacer la transmisión por blockchain. Como ya entras en un bloque, lo que estás poniendo es una etiqueta, algo relacionado a tu dato, y ya no necesitas indicar tu información directamente. Lo que estamos transmitiendo va a costar mucho romperlo y además el receptor va a tener que conocer y saber desenmascarar lo que yo le he enviado.
¿Y qué ocurrirá con los menores?
Lo importante aquí es que lo que estamos securizando es lo que se transmite, lo que no vemos. Ahora mismo en Internet el problema que tenemos es que la parte frontal, la forma en que tú interactúas con el móvil y con la web, al final se convierte en unos datos que son lo que los informáticos trabajamos para enviar y poder darte servicio. Con el mundo del blockchain, cada uno de nosotros va a tener una identidad digital que va a decir si eres menor y va a permitir a los desarrolladores de aplicaciones descentralizadas poder dotar o no de servicio a esa identidad.
Además, el blockchain deja trazabilidad. Estamos escribiendo en la web algo que queda para siempre y sabremos que si alguien ha dejado que un menor utilizara algo y no tocaba, quedará registrado y una auditoría podría alertar de esta situación.