Hablar de futuro implica, inevitablemente, hablar de tecnología. Sin embargo, ya no solo es entendida como un conjunto de herramientas, sino que ahora supone un medio en sí mismo para resolver problemas y afrontar el devenir. La constante adquisición de conocimientos es esencial para no quedarse rezagado en un mundo que evoluciona a pasos agigantados, […]
Dirigentes Digital
| 18 feb 2021
Hablar de futuro implica, inevitablemente, hablar de tecnología. Sin embargo, ya no solo es entendida como un conjunto de herramientas, sino que ahora supone un medio en sí mismo para resolver problemas y afrontar el devenir. La constante adquisición de conocimientos es esencial para no quedarse rezagado en un mundo que evoluciona a pasos agigantados, y en el que la economía intangible muestra la importancia de utilizar elementos como la huella digital para compartir valor.
El aprendizaje de muchas de estas habilidades se ha acelerado como consecuencia de la pandemia al haber tenido que experimentar con herramientas colaborativas y nuevas formas de comunicación. No obstante, de ahora en adelante, también será importante abordar, analizar y entender tecnologías aplicadas a la industria 4.0, tales como la inteligencia artificial, big data, blockchain, o ciberseguridad. Estas son algunas de las conclusiones extraídas de un acto organizado por Madrid Network, en el que todos los participantes llegaron a una conclusión en común: las competencias digitales se han convertido en un compañero de todo profesional.
A lo largo de este viaje al futuro habrá personas que se verán obligadas a cambiar de profesión, como consecuencia de la profunda transformación que estamos experimentando. “1 de cada 2 trabajadores va a tener que reaprender nuevas capacidades para ejercer un nuevo rol”, comenta Sandra Martínez, ingeniera de comunicaciones y facilitadora en estrategia, innovación y creatividad en Lego Serious Play. En este contexto, también cobran especial consideración las denominadas competencias blandas. Es decir, las habilidades humanas, relativas a la creatividad, flexibilidad, curiosidad, adaptabilidad al cambio o el pensamiento crítico, estratégico y de anticipación hacia el futuro, ya que serán las que “nos harán estar más preparados para tomar decisiones aquí y ahora”.
La economía no está excluida de esta transformación que algunos han acuñado como la revolución de los intangibles, y que podría llegar a marcar la innovación en los próximos años. Para Juan Pastor, miembro del equipo docente de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y experto en creatividad, un dato ejemplificador lo estamos viviendo con las vacunas que trabajan por erradicar la COVID-19. En su opinión, el nombre de la vacuna rusa, Sputnik, no es una coincidencia, sino que trata de hacer referencia a otro momento que representó un gran impulso para la innovación de ese país.
Un elemento fundamental para este experto es la economía creativa, algo que considera “determinante no solo para salir de la crisis económica y sanitaria en la que estamos, sino para que ese desarrollo sea sostenible en el futuro”. Por ello, en dicha revolución de los intangibles será fundamental desarrollar talento creativo, tanto en los estudiantes, como en empresas y territorios, con el fin de que España tenga la capacidad de atraer personas que generen valor.
El impacto que la tecnología puede llegar a tener en los roles de futuro tiene la base de su éxito en un componente esencial, la educación. Entendiendo las competencias digitales como una herramienta transversal al aprendizaje de los alumnos, la personalización o la obtención de datos representan algunos de los ingredientes de la innovación educativa. Para Jorge Calvo, ingeniero informático y profesor en el Colegio Europeo de Madrid, la tecnología es posible aplicarla con independencia del sector en el que se opere. En este sentido, otro componente que no se debe olvidar es el papel del docente: “No podemos enseñar como hacíamos hace 20 años para profesiones que todavía no existen”.
Aquí, términos como huella digital o pensamiento crítico cobran más relevancia que nunca. En relación a sus alumnos, el maestro explica que son grandes conocedores de la tecnología, pero no saben las consecuencias que puede tener. Por ello, en el mundo de la inmediatez, resalta la importancia de educar y trabajar desde pequeños la implicación de la eterna perdurabilidad de los datos, teniendo en cuenta que “todo lo que se sube a la nube, sube muy rápido, pero luego no es tan fácil que baje”. Además, “el 94% de la información del mundo está ya en digital y solo queda un 6% en papel”. Ante esta afirmación, desde el punto de vista educativo, también resulta necesario desarrollar el pensamiento crítico, sobre todo lo que vemos para saber identificar las fake news y no dar por verdadero la primera opción que aparece en los buscadores.