Todas las empresas tienen muy presente la palabra innovar en su mente. El problema radica en que muchas de ellas solo lo aplican a los productos, en lugar de comenzar por los procesos. Precisamente, con el objetivo de construir una cultura que estimule la innovación a través de diferentes metodologías, Great Culture to Innovate acaba […]
Gestión y LiderazgoDirigentes Digital
| 15 jul 2021
Todas las empresas tienen muy presente la palabra innovar en su mente. El problema radica en que muchas de ellas solo lo aplican a los productos, en lugar de comenzar por los procesos. Precisamente, con el objetivo de construir una cultura que estimule la innovación a través de diferentes metodologías, Great Culture to Innovate acaba de desembarcar en España. DIRIGENTES habla con su CEO, Valeria Rodríguez Codina, para conocer más acerca de esta organización de origen colombiano, con presencia en América y determinados puntos de Europa.
Great Culture to Innovate desembarcó en abril en España. ¿Cómo han sido estos tres meses al timón?
Estamos haciendo un trabajo de concienciación y puesta en escena de nuestra organización. Ahora mismo nuestra labor principal pasa por buscar alianzas estratégicas, tanto académicas como de negocio e institucionales, así como un socio que nos acompañe a dar a conocer esta nueva metodología y certificación que traemos a España, en términos de cultura de innovación, así como a evaluarlas para saber de dónde partimos y cómo potenciarlas. Es decir, cómo ayudar a los líderes a buscar y promover esa innovación dentro de los equipos.
Desde su visión internacional, ¿en qué fallan las empresas españolas a la hora de innovar?
Más que centrarse en los fallos, siento que hay mucha necesidad de allanar las estructuras y romper los rígidos esquemas que imperan, sobre todo, en las grandes, que necesitan acabar con ciertos paradigmas. La nota positiva es que cuentan con potencial para acabar con ello y trabajar con fórmulas más flexibles. Lo bueno de la pandemia es que ha acelerado la necesidad de explorar nuevos caminos, no solamente el desarrollo de nuevos servicios y productos, sino también ha obligado a replantear nuevos modelos de negocio y la manera de interactuar con los equipos de una manera más flexible.
En España existe un miedo generalizado al fracaso. ¿Cómo condiciona este factor en la adopción de nuevos cambios?
Absolutamente. El miedo al fracaso supone un freno en los procesos de innovación. Si una persona tiene miedo a equivocarse, claramente no va a estar produciendo alternativas innovadoras. Trabajar sobre este asunto y en la no penalización del error es clave en este proceso.
En este sentido, ¿cómo se podría ayudar a las empresas a desarrollar una cultura en la que no exista el miedo a lo desconocido?
A nivel global, muchas empresas están creando cápsulas de innovación o equipos pequeños con los que probar alternativas nuevas. Al tener poca repercusión, dado que se experimenta con grupos de tamaño pequeño, no importa si no genera éxito.
¿Qué aspectos debería imitar España de otros países en materia de innovación?
Trabajo con muchos países americanos y, desde mi experiencia, creo que el problema es global. Las estructuras son muy grandes y rígidas. La dinámica de promover equipos diversos no lo veo como una cuestión que deba resolverse país por país, sino que es algo que sucede a nivel mundial, sobre todo, después de la pandemia. El escenario económico actual invita a ver las cosas de modo diferente.
¿Qué cambios urgen adoptar entre las empresas?
Lo importante es sentar las bases para crear espacios de creatividad e innovación. Asimismo, también es importante crear valor a partir de la diversidad. La idea es generar espacios en los que se pueda escuchar a los diferentes perfiles desde el punto de vista generacional o de formación, pero conocer sus opiniones es lo que va a hacer que florezcan estas ideas innovadoras. Que no siempre sean los mismos los que piensan o tomar las decisiones y las ideas no vengan de arriba a abajo. Es decir, pasar de una diversidad superficial a una verdadera. Si logramos que todas las voces tengan una participación, podremos conseguir esas ideas diferentes.
Las compañías se encuentran en un momento de repensar su estrategia. ¿Qué consejo le darías?
La idea consiste en replantear todo desde el principio y analizarlo. No dar nada por sentado y sin temor a cometer errores. En esa búsqueda por la innovación es necesario permitir a los jefes equivocarse. Los líderes son muy perfeccionistas, siempre buscan la excelencia. Precisamente en estos momentos hace falta probar cosas nuevas, pero siempre teniendo un plan b, en lugar de esperar ese diez para salir adelante. Innovar también es tener la posibilidad de equivocarse y aprender en el camino.