Dia está pasando por uno de sus peores momentos. La incertidumbre en el futuro de los pagos ha hecho que los grandes proveedores de la cadena empiecen a exigir adelantos. BBVA, Santander, CaixaBank o Sabadell han limitado al máximo las líneas de confirming, que permite la financiación. Y el Comité Asesor Técnico del Ibex informó de la salida de la cadena de distribución del selectivo español.

Con todo ello, las acciones de Dia han perdido, en lo que va de año, casi un 90% y sus títulos han registrado mínimos históricos. Su crisis se fue gestando en el verano pasado y explotó en octubre, mes en el que presentó una rebaja en las previsiones de beneficio y reformuló las cuentas de 2017. Todo ello con los precedentes de los problemas de solvencia y los malos resultados del mes anterior.

El reto más reciente ha sido el abandono por parte de Goldman Sachs a la cadena de distribución, tal y como informó la Comisión Nacional de Valores (CNMV). El banco estadounidense se ha desprendido del 5,09% en el que tenía repartida su participación entre un 0,91% en acciones y el 4,14% restante a través de instrumentos financieros.

En este contexto, el distribuidor planea acometer una ampliación de capital por 600 millones de euros asegurado por Morgan Stanley, para fortalecer sus fondos propios, con derecho a suscripción preferente y en el contexto del proceso de refinanciación de su deuda bancaria, que espera cerrar “próximamente”.

Esta decisión por parte de la CNMV se presenta como medida urgente. Y es que el horizonte a corto plazo tampoco es muy positivo, con un posible cierre de tiendas con poca rentabilidad y la suspensión de dividendos para 2019.