A nivel personal, el coaching permite desarrollar las capacidades y fortalezas, incrementar la eficiencia y mejorar la toma de decisiones y, a nivel de empresa, los beneficios pasan por potenciar los resultados del negocio, consolidar con rapidez y eficacia nuevas promociones, ayudar a fidelizar el talento interno e innovar en procesos o modelos de gestión, entre otras.
Los principales problemas actuales a los que se enfrenta esta disciplina son el desconocimiento o la confusión en el mercado y la intrusión profesional, ya que hay multitud de individuos que se denominan a sí mismos coaches. Así lo describe el ICF Global Coaching Study, encargado por la International Coach Federation (ICF) y llevado a cabo por PwC. No obstante, la esperanza también está sembrada y señalan que hay una mayor conciencia de los beneficios de esta profesión.
El coaching se alimenta de diversas fuentes, tales como el deporte, la filosofía, la sociología o el management, pero no debe confundirse con la asesoría, la consultoría, la psicoterapia o el mentoring. Para arrojar luz sobre este concepto y comprender cómo puede impulsar el liderazgo dentro de las compañías, Dirigentes habla con la Presidenta de ICF en España, Cris Moltó.