Es un error muy común pensar que el marketing solo es aplicable a un determinado sector empresarial. El pequeño empresario no imagina lo beneficioso que puede resultar para su negocio aplicar técnicas como el storytelling para conectar con su público e impulsar sus ventas. Saber venderse, conectar con el cliente, es una característica clave del buen líder. Puede ser un don, pero practicarlo y llegar a dominarlo con maestría es posible si se sabe cómo.

Apelar a lo emocional nunca falla

No hay más que echar un vistazo a la trayectoria de grandes compañías internacionales como Cola-Cola, Nike, Apple o IKEA para entender cómo, apelando a la parte emocional, se tiene gran parte de la conquista alcanzada. Realmente, la necesidad por adquirir un producto nuevo no existe, pero contado de la manera exacta, conectando con el lado más sensible del consumidor es una forma de hacerlo con la sutileza justa para saber que esa adquisición es lo que tu vida necesita. Esto es storytelling .

Cautivar a través de la palabra no solo depende del talento de cada uno. El carisma, la capacidad de contar una idea de manera emocional y persuasiva, influye enormemente en cómo el receptor va a recordar tu mensaje o comprar tu idea. Y por supuesto, es un don, pero también se practica para mejorar en ello.

Cómo hacer sentir a las personas debe ser el fundamento del mensaje, porque será lo único que no olvide. Un discurso puede ser conciso o agresivo, pero no dejará de ser eficaz con las emociones de quien está escuchando o leyendo.

No. El storytelling no es solo para publicistas

Lejos de atribuirse un término que nació en el ámbito del marketing, la realidad es que el “storytelling” puede aplicarse a cualquier profesión o situación. No hay más que imaginar un núcleo familiar en el que el mayor poder de convicción del adulto hacia un menor, es a través de una historia o cuento. Lo mismo ocurre en el ámbito laboral o en una conversación distendida en el que cada quien desea que su aportación sea la mejor acogida por el resto.

Los canales en los que se encuentran los receptores del mensaje pueden ser múltiples, como redes sociales, conferencias o reuniones. Sabiendo en todo momento el perfil del público al que va dirigido, la conquista debe ser de la misma manera: estudiando de qué manera se va a captar esa conexión necesaria. Una vez logrado, que se produzca el efecto “boca a boca” con tu idea es cuestión de tiempo.

En la empresa sucede igual. Conocer previamente al cliente es clave para elaborar el discurso que se va a transmitir y, por consiguiente, la respuesta que el receptor tendrá. Definir el tipo de “historia” que se quiere contar en una conversación de negocios, no solo impulsará los objetivos de negocio, sino que mejorará el concepto que se tiene de su marca.

Comenzar por “quién soy” o la evolución de la empresa y hacia dónde se quiere encaminar su proyecto de negocio, es una buena manera de emplear storytelling en el marco profesional. Conectar con el prójimo y hacerle entender por qué el proyecto, producto o servicio es lo que está buscando, marcará la diferencia en esa relación comercial.

A aquella persona parca en palabras cuyas dotes de comunicación no sean excelentes, puede que en un principio le cueste desarrollar un discurso que llegue a su objetivo, pero nunca será un fracaso. El pequeño negocio o el autónomo que deba hacer frente a ese tipo de comunicación, aprenderá de manera efectiva cuál es la mejor manera de aprovechar el storytelling en sus relaciones con los clientes.