¿Cuándo comenzó a interesarse por abordar las temáticas de productividad laboral y procrastinación? En 1998 tuve la oportunidad de leer un libro llamado Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva y en su tercer capítulo llamado “Primero lo primero” habla de cómo gestionar el tiempo y cómo enfocar la atención en las cosas que […]
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| 27 ene 2023
En 1998 tuve la oportunidad de leer un libro llamado Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva y en su tercer capítulo llamado “Primero lo primero” habla de cómo gestionar el tiempo y cómo enfocar la atención en las cosas que son realmente importantes. Este mismo me sirvió de inspiración para seguir indagando en estos temas. Desde el año 2010, he estado trabajando en un proyecto personal en el que trabajamos con distintos emprendedores, ayudándoles a crear su propia marca. En las reuniones, siempre aparecía el tema de “¿cómo me organizo mejor?”, por lo que creé un libro llamado La agenda de cuarta generación, en donde hablo de todas estas estrategias de organización para el cumplimiento de metas y objetivos en la vida.
Esto ocurrió debido a esos casi 1.200 alumnos y empresas que necesitaban una guía de acción para llevar a cabo cada uno de sus negocios y, además, fue la oportunidad perfecta para condensar toda esa información valiosa en cuanto a productividad que he ido trabajando y, al mismo tiempo, creando nuevas estrategias. Así que llevo 12 años trabajando con el tema de la productividad y 25 como consumidor.
Este libro ha sido creado a raíz de una necesidad. Día a día trabajo con temas como el emprendimiento y cómo desarrollar una marca profesional o personal, pero al ir desarrollando cada uno de estos con las personas aparecía el discurso de “muy bien todo, pero no tengo tiempo para organizarme”. Esta agenda de cuarta generación era de mi consumo personal y en algunas ocasiones la enseñaba en formaciones, la idea de crear un libro no estaba en mi mente.
Durante la pandemia muchas personas se dieron cuenta de la oportunidad que había en este contenido que había creado y empecé a escribir el libro en 2020. La motivación vino debido a que es un tema que llevo practicado durante muchos años y, además, me gusta y sé que puede aportar mucho valor. Cuando salió el libro contaba con más de 100 casos de personas cuya herramienta ya les ha servido. Por lo tanto, espero que ya no solo sean 100, sino más de 1.000 personas las que puedan beneficiarse con esta estrategia. Antes de dar a conocer el esquema para ser productivos en la vida, en el libro se plantea calcular cuánto vale nuestro tiempo.
Tiene que ver con un tema de conciencia, ya que muchas personas no son conscientes del valor e importancia que tiene el tiempo, además de que es un recurso limitado y valioso. Muchas veces se actúa como si contáramos con todas las horas del mundo, cuando la realidad es que nadie tiene garantizado el siguiente minuto. Entonces, hacerse conscientes de que lo que tenemos es limitado y, además, muy valioso y no se puede recuperar, nos permite darnos cuenta de que lo mejor que podemos hacer es gestionarlo.
Debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿Por qué hay personas a las que el tiempo se les escapa de las manos y no le alcanza para nada? Y, en cambio, hay otras a las que les alcanza para hacer un montón de actividades. A partir de esta interrogante, es importante determinar de manera numérica el valor de nuestro tiempo. Es un ejercicio que consiste básicamente en que la persona tome todas las horas laborables que tiene en el año y las divida entre lo que gana para obtener un valor determinado. Por ejemplo, si el resultado es de 20 euros, cada hora no desperdiciada representa esta cantidad de dinero tirada a la basura. Este mecanismo te permite hacerte consciente y, de esta manera, hacerlo más tangible para valorar cada hora del día perdida.
Lo primero ya está dicho en la pregunta anterior. Y, lo segundo, es la idea de eliminar de nuestra vida aquellas cosas que nos roban el tiempo, que pueden ser esos ladrones de tiempo silenciosos a los que yo le he llamado “cronófagos del tiempo”. Son aquellos aparatos eléctricos o pasatiempos que están allí acechándonos todos los días, sacándonos diez o veinte minutos de nuestra vida. Lo tercero sería incorporar un sistema que te permita gestionar mejor tu día a día y tu semana y aquí es donde propongo agregar la agenda de cuarta generación. Después de insertar esta agenda, es importante crear hábitos que nos ayuden y, de esta forma, actuar mejor en nuestra vida personal y luego en la profesional.
La primera recomendación es arreglarse para trabajar como si se fuera a salir de casa hacia la oficina. Luego, mantener un horario que te permita tener la misma estructura que se tenía al trabajar presencialmente, respetando los horarios establecidos. Otra cosa que yo recomendaría es tener un espacio físico en el que se puedan desarrollar las actividades y todos estos hábitos ayudarán a que el trabajo pueda desarrollarse de la mejor manera.
Marcarse objetivos, definir un tiempo en el que se van a realizar y cumplir esos objetivos, desglosar cada una de las actividades para cumplirlas y llevar una agenda: “No se puede ser líderes sin agenda”.