Los efectos de la guerra en Ucrania se dejan notar en varios frentes. Los primeros sectores en sufrir las circunstancias son los que tienen que ver con el transporte, pero también los relacionados con la electricidad. En último término, la guerra convierte en víctimas a las empresas y a los consumidores, que ven cómo se […]
NacionalDirigentes Digital
| 31 mar 2022
Los efectos de la guerra en Ucrania se dejan notar en varios frentes. Los primeros sectores en sufrir las circunstancias son los que tienen que ver con el transporte, pero también los relacionados con la electricidad.
En último término, la guerra convierte en víctimas a las empresas y a los consumidores, que ven cómo se encarecen los precios de forma alarmante. No es que el mercado inmobiliario sea ajeno, pero ha mantenido su propia evolución hasta el estallido de la invasión.
En ese sentido, hay que tener en cuenta que, cuanto más se extienda esta situación, más sectores se verán perjudicados colateralmente, en parte por la subida de precios. De momento, los precios del mercado inmobiliario evolucionan a la par que el resto.
Según el último informe de Tinsa, el precio medio de la vivienda terminada se revalorizó un 6,6% entre el primer trimestre de 2021 y el mismo periodo de 2022. Si se presta atención a la diferencia entre trimestres, los precios se incrementaron un 2,3% en comparación con los tres últimos meses de 2021.
A nivel local, hay que resaltar que todas las regiones experimentan un aumento de precios por segundo trimestre consecutivo. No obstante, destacan Palma de Mallorca y Madrid como las ciudades donde más se incrementan los precios en el último año, con una revalorización del 11%.
Desde el punto de vista de la compañía de tasación, se están empezando a moderar los aumentos, de forma que en el primer trimestre que acaba de terminar se produjo una revalorización idéntica a la del trimestre anterior. Este dato vendría a indicar “una cierta moderación del impulso alcista”, aunque se sigan dando datos de crecimiento.
A esa tendencia propia e independiente de un mercado tan concreto como el de la vivienda, habría que sumar todo lo que está pasando al margen. “Si el conflicto bélico se alarga (…) se puede materializar gradualmente en el sector inmobiliario residencial español en forma de una demanda erosionada por la inflación”, avanza el informe.
Adicionalmente, la oferta puede verse limitada por la incertidumbre y por el incremento de los costes de producción. Sin embargo, esos riesgos aún no se materializan y, de hecho, la demanda continúa activa, en tanto que la oferta es limitada.
Otro aspecto que influye decididamente en la evolución del mercado inmobiliario es la oferta hipotecaria. Según reflejan los datos de Tinsa, “las entidades financieras ya han comenzado a incrementar los intereses de las hipotecas a tipo fijo y a fomentar las hipotecas a tipo variable”.
Esta dinámica contrarresta el aumento de precios de las viviendas y el posible efecto de la inflación si la guerra se alarga. Tinsa plantea que el cambio en las hipotecas “puede estar acelerando algunas decisiones de compra” con el fin de obtener financiación a costes bajos.
A la vez, si el Banco Central Europeo adelanta las decisiones en política monetaria, pueden darse dos factores que desaceleren la demanda: el aumento de los tipos de interés y la mencionada erosión en la capacidad económica de los hogares a causa de la guerra.