Las autoridades occidentales han acompañado las sanciones económicas a Rusia con ciertos gestos simbólicos. A simple vista, la expulsión del país del certamen de Eurovisión o el traslado a París de la final que se iba a celebrar San Petersburgo, no son más que gestos que muestran el rechazo de la agresión perpetrada por Rusia […]
NacionalDirigentes Digital
| 02 mar 2022
Las autoridades occidentales han acompañado las sanciones económicas a Rusia con ciertos gestos simbólicos. A simple vista, la expulsión del país del certamen de Eurovisión o el traslado a París de la final que se iba a celebrar San Petersburgo, no son más que gestos que muestran el rechazo de la agresión perpetrada por Rusia a Ucrania.
Lo mismo se viene trasladando en el ámbito empresarial. Crece día a día la lista de grandes compañías estadounidenses y europeas que han cortado de raíz su actividad en el país que dirige Vladimir Putin.
Algunas de sus acciones tienen un carácter más bien simbólico, pero siguen la línea de castigar a Rusia. Compañías estadounidenses de entretenimiento, como Disney, Universal o Netflix han cancelado sus estrenos de cine en el país.
Pero existen otros anuncios que también buscan dar de lado a Rusia. ExxonMobil, la petrolera estadounidense, dejará de operar en un enorme yacimiento petrolífero en el que lleva trabajando desde 1995. Cuando Rusia ocupó Crimea en 2014, la petrolera también retiró de Rusia dos empresas conjuntas que operaban sendos proyectos.
Por su parte, Apple dejará de vender productos en el país, a lo que se une el límite de uso de Apple Pay que pretende imponer la empresa dirigida por Tim Cook.
Mientras, Boeing suspenderá sus servicios de apoyo a las aerolíneas rusas. Esta medida se une a la prohibición para los aviones rusos de surcar el espacio aéreo estadounidense. Hay que tener en cuenta que la principal compañía aérea rusa, Aeroflot, opera con aviones Boeing 737 y 777.
La industria automovilística iguala el castigo de la empresa aeronáutica. Así, General Motors y Ford han suspendido sus exportaciones a Rusia. De hecho, Ford terminará también con la fabricación de camionetas comerciales.
En las últimas horas, DIRIGENTES informó del peso de las relaciones entre la economía rusa y las empresas españolas. Uno de los vínculos más fuertes es la exportación española de ropa, que se visibiliza con la presencia de Inditex en aquel país. Dicha empresa anunció el cierre de sus tiendas en Ucrania, mientras observa la evolución de los acontecimientos para el que es su segundo mayor mercado en número de tiendas.
Otras compañías automovilísticas europeas se han opuesto a la agresión. Volvo, la división de camiones de Daimler y Jaguar han paralizado sus ventas con el país. BMW y Mercedes Benz estudian hacer lo mismo y, en el caso de esta última marca, puede llegar a vender su participación del 15% en el fabricante de camiones Kamaz, de origen ruso.
El boicot se extiende a British Petroleum, que espera desprenderse de su participación en la rusa Rosneft. En su caso, Shell prevé finalizar su alianza con la gasista Gazprom.
Incluso las navieras se suman al castigo a Rusia. MSC, Maersk, Ocean Network Express y Hapag-Lloyd seguirán llevando alimentos, medicinas y ayuda humanitaria a los puertos rusos, pero suspenderán el transporte del resto de mercancías.
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