La economía española ha logrado sortear una caída del 25% del PIB y la pérdida de 3 millones de empleos más, según ha cuantificado la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Las medidas que tanto el BCE como el propio Gobierno han impuesto para amortiguar los daños de la pandemia en la economía han mostrado […]
NacionalDirigentes Digital
| 31 ago 2020
La economía española ha logrado sortear una caída del 25% del PIB y la pérdida de 3 millones de empleos más, según ha cuantificado la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Las medidas que tanto el BCE como el propio Gobierno han impuesto para amortiguar los daños de la pandemia en la economía han mostrado su utilidad.
La vicepresidenta, en una intervención en un evento organizado por APIE y la UIMP, afirma que “el mercado laboral ha resistido de manera muy reseñable” gracias, entre otras actuaciones, a la flexibilización de los ERTE, que han protegido millones de puestos de trabajo. Sin embargo, aunque se ha producido un “importante esfuerzo fiscal” por parte de los estados, Calviño defiende que esa coyuntura ha cambiado y que se tiene que empezar a pensar en la reactivación económica en lugar de un modelo basado en paliar los daños.
Por ello, cree que la movilización de recursos que supondrá el Plan de Recuperación europeo se debe utilizar para afrontar importantes reformas e inversiones pendientes en el modelo económico español. En ese sentido, la vicepresidenta cree esencial movilizar “cuantiosos recursos hacia los sectores con mayor potencial tractor y de futuro”.
Entre ellas, menciona sectores como la transición ecológica, la transformación digital, la educación y la FP, así como la ciencia y la cohesión territorial. Así, cree que los recursos europeos suponen una oportunidad que España debe aprovechar para luchar contra la desigualdad “que se viene incrementando desde la última crisis” y el elevado nivel de desempleo estructural.
De todos modos, la “contundencia y celeridad” con la que se ha actuado desde el Ejecutivo debe dejar paso a una reflexión sobre el modelo de empleo, entre otras prioridades. Para Calviño ha sido un acierto ajustar el instrumento de los ERTE a las distintas fases de la desescalada, si bien en los últimos momentos esta herramienta está más enfocada a la reincoporación que a la simple protección de los trabajadores.
En esa línea, Calviño ha respondido a una pregunta de este medio que el Gobierno tiene que “analizar cuáles son los sectores en los que se da una mayor dificultad para reactivar la actividad económica”. En este momento, según ha explicado, solo uno de cada cuatro trabajadores que estuvieron en ERTE continúan.
En dicho análisis, en opinión de la vicepresidenta, deben estar la dimensión geográfica, como sucede en los casos de Canarias y Baleares, además del propio sector. En las próximas reuniones entre Gobierno y agentes sociales se abordarán posibles reformas de este mecanismo, como establecer un mayor incentivo a la formación, ya que, según Calviño, se trata de un “instrumento tremendamente costoso en recursos públicos y es un enorme esfuerzo de la sociedad”.
Solo en abril, mayo y junio España ha gastado 8.091 millones de euros en ERTE. Así, concluye que esta herramienta “se ajuste a lo que es necesario”, como ocurre con los modelos de Alemania o Dinamarca, más orientados a la formación y al trabajo parcial.
Con respecto a la situación actual, Calviño vaticina que el PIB de España crecerá un 10% durante el tercer trimestre, a pesar de los rebrotes del coronavirus. Desde julio y agosto se han conseguido recuperar 333.000 afiliados, aunque se espera que en los últimos días de agosto esa cifra empeore, como ha venido ocurriendo en años anteriores.